Más del 99% de los árabes no comprenden por qué
tanta tenacidad y tanto tesón en derrocar el régimen sirio y un tano de los
occidentales entre los que ignoran y los que fingen ignorar.
Tunez, Egipto, Libia y… el freno en Siria. Aquí acabo
la recreación y…cuenta nueva y ensangrentada.
Ahora bien ¿Esperaban los diseñadores de la “primavera
árabe” a Sissi en Egipto, a Sebsi en Tunez y a nadie sabe quién en Libia?
De ser afirmativa la respuesta ¿por qué tanta convulsión
en los tres países, unos (Libia y su petróleo) más que otros (Egipto y Tunez
solicitantes de ayudas y de subvenciones?
Ni siquiera se debe desplegar algún esfuerzo para
responder. La pregunta está contestada en si misma.
Ahora bien, las guerras por procuración tienen, eso
si, sus más y sus menos: antes de optar por besar la mano iraní que no pudo
torcer, Washington convenció a, no un solo país, sino a muchos de la “amenaza
potencial” del régimen de los Ayatullah para financiar su guerra secreta contra
Bachar al Assad y para burlar los controles del Congreso y del Senado sin
prerrogativas sobre “financiaciones extranjeras”.
Pero, a medio camino, con la intervención rusa en
Siria, casi lo abandonaron, todo o casi, a excepción de las armas y de la teledirección
de las oposiciones que cada vez atraen menos.
Al final, poco a poco, quizás más lentamente de lo
que debía o menos veloz de lo que se esperaba la opinión pública árabe (prensa
y medios de comunicación y sociedades civiles) comienzan a descubrir el carácter
de una nueva “guerra fría” que tiene por escenario Siria e Irak para impedir el
paso por Siria (hacia el puerto de
Tartous en el Mediterráneo) del gasoducto qatarí o del canal a través del
Yemen.
Assad y el resto de los “beligerantes” locales no
son, en este tablero geopolítico más que peones de muy escaza importancia
estratégica y menos económica.
No obstante tampoco se puede afirmar que la llamada “Primavera
árabe” no ha surtido efecto… allí tienen a un mundo árabe de rodillas,
agonizando y que tiene su mano a cualquier espejismo bajo forma de ayuda
mientras que Israel masacra, profana, e insulta constantemente a los palestinos
y a los árabes en general, a sus lugares santos y a la inteligencia árabe.
Afortunadamente no hay guerra que dura mil años…
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