No. No es cierto. Comprender al terrorismo no es excusarlo, aunque depende
quién pretendiera comprenderlo porque los hay que sin comprenderlo lo han excusado…
armado, apoyado y teledirigido.
Ahora bien, afortunadamente el curso de los acontecimientos en Oriente
Medio (no solo en Siria e Irak) sino en toda la región, está demostrando de que
no depende de ellos ni de sus oposiciones “moderadas” (de otros porque propias
nunca las han tolerado). Por ello, poco a poco, pero inexorablemente el Próximo
Oriente se dirige hacia una nueva configuración, que no es ni tiene
absolutamente nada que ver con la prevista por Estados Unidos y algunos de sus
satélites regionales.
Oriente Medio sin Daesh ni riesgo de que lo haya, es o va a ser otra cosa.
Ninguna guerra dura cien años.
Comprendemos al terrorismo. Comprendemos a sus patrocinadores y comprendemos
sus fines y objetivos y no solo no los excusamos, sino los condenamos y los maldecimos.
Rasgo màs, indicio menos esta es la línea maestra de lo que inevitablemente
va a suceder: Todas las posibilidades están abiertas par en par en Oriente
Medio: todas las alianzas, todas las reconciliaciones, todas las concesiones,
todas las proximidades y todas las eventualidades… todas menos una, que es
esencial e inalterable: conciliación entre Irán e Israel.
En Tel Aviv se ha comprendido esta constancia desde hace tiempo y la han
comprendido màs con la reciente entrada en vigor del acuerdo nuclear entre los
5+1 e Irán. Por ello ven con suma inquietud las mediaciones pakistaní entre
Riad y Teherán y la china u sobre todo la presencia del vice-canciller iraní en
Riad con motivo de la sesión extraordinaria de la Organización de la
Conferencia islámica.
Sin embargo era, màs que evidente, anti-natural apostar por una conflagración
entre dos Estados “de gran calibre” de la OCI. Nadie lo permitiría ni siquiera
Estados Unidos.
Y siendo un sentido prohibido Tel Aviv-Teherán, algunas potencias y medio
potencias, como el Reino Unido o Francia, se han puesto a elaborar nuevas
ecuaciones para la región, en las que ineludiblemente Iran debe desempeñar los
primeros papeles de todo orden.
Pero los dirigentes iraníes deben comprender que para ello no hay màs que
una sola y exclusiva solución: sanear sus relaciones con los que ha tenido o
tiene problemas. Asi las cosas, con su espíritu de vendedores de alfombra, los
arquitectos de la política exterior de Irán, según todos los indicios, están trabajando
en este sentido, volviendo locos a los responsables israelíes que con Irán no
aciertan ni acertarán nunca ni una…
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