Segundo y penúltimo día de la Cum, aquí en
Marrakech, sobre el estatuto y los derechos de las minorías religiosas en los
países musulmanes.
En
una coyuntura marcada por insistentes amalgamas sobre el Islam y sus preceptos,
y las repetidas e inaceptables violaciones de los preceptos del Islam por los
que pretenden ser musulmanes, las miradas convergen hacia Marrakech, donde comenzó
ayer esta Cumbre de la tolerancia, organizada por el ministerio marroquí de
Habús (bienes) y Asuntos islámicos en partenariado con el Foro para la
Promoción de la paz en las sociedades musulmanas que preside el Jeque Abdallah
Bin Bayyah.
Como titulaba "Sahpir News": "los derechos de las minorias reilgiosas en tierra del islam reconfirmados".
Un importante acontecimiento interviene
en un contexto en que las minorías religiosas que viven en países del islam,
son a veces, en contra de los preceptos del Islam y la conducta de su Profeta
(SAS), objeto de actos de vejámenes y humillaciones que ponen en tela de juicio
su libertad religiosa y que atentan contra las enseñanzas del Islam y su
cultura de tolerancia y contra los pactos y convenciones internacionales,
constituyendo desbordamientos extremistas, expresión de un déficit de la
autoridad del estado, de las autoridades religiosas y de la quiebras políticas
locales.
Concurren al acto que terminará mañana (miércoles
con una declaración de Marrakech) ministros, sabios, ulemas, investigadores y
representantes de los diversos cultos.
Personalidades judías, cristianas y
musulmanas venidas de todo el mundo, especialmente de las vecinas Francia y
España, debaten la puesta en pie de un nuevo orden inter-religioso inherente de
garantizar y proteger los derechos de las minorías religiosas en los países musulmanes
y de afirmar que estos actos y atentados a los derechos de las minorías
religiosas están en total contradicción con el espíritu de la paz, de la
moderación y de la convivencia.
El propio rey anfitrión, Mohamed VI lo
señalo en su alocución dirigía a los participantes en el acto: “El problema ni
siquiera debía ser planteada, habida cuenta de que son conocidas las
prescripciones y las enseñanzas del islam y del patrimonio islámico”.
“No obstante, precisa en su alocución el
monarca marroquí, los hechos que han conducido a plantear la cuestión en la
actual coyuntura inducen a los musulmanes a asumir plena y debidamente el deber
de precisar que estos hechos no descansan sobre ningún texto de referencia en
el islam”.
Mohamed VI evocó luego, a titulo de
ejemplo, el caso de Marruecos, donde, dijo, los derechos de los ciudadanos de
la confesión judía y cristiana están garantizados por la Constitución.
Como antes dicho, mañana al término del
coloquio una declaración que proclamará en voz alta y en mayúscula los derechos
de las minorías religiosas en tierra del islam a ejercer libremente su culto será
lanzada, sobre la base de la Carta de La Medina, un pacto de paz, establecido
en tiempos del Profeta Muhammad (SAS) para regir los derechos y deberes de las comunidades
religiosas en el respeto mutuo.
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