He leído con estupor e indignación
algunos artículos en la prensa marroquí sobre la decisión sabia y soberana de
un país tan serio como Suecia en torno al no reconocimiento de la “RASD”.
Lo menos que se pueda decir es
que, además de ligeros, estos artículos son vergonzosos cuando califican la decisión
del gobierno sueco de “concesión ante presiones económicas”.
¡Santo Dios! como si Suecia debía
reconocer a la “RASD” y que solo presiones marroquíes lo han evitado…. Como si
la decisión sueca no se debe al sentido común
y a una respuesta a la lógica, la razón y al derecho internacional.
Presiones económicas… ¿Presiones
de qué, señores?
Ni Marruecos es superpotencia
mundial ni Suecia se “ha enterado” de lo que afirma esta extraña prensa. Ikea
es concesión kuwaití y Volvo china. ¿Dónde está la enigmática presión económica.
Los hay que, con su, ignorancia
pero exceso de celos y su desmesurada exageración hace un daño letal al país.
¿De qué hablamos? Verán… El ano pasado dos altos
cargos suecos, de diferente etiqueta política, el
Presidente del parlamento sueco, Per Westerberg y posteriormente el primer v
ice-presidente de este mismo parlamento Tobias Billstrom visitaron marruecos
afirmando la posición de su país respecto a esta historia de reconocimiento de
la “RASD”.
“Porque no cumple con ninguna de las tres
condiciones necesarias a su reconocimiento. Es decir: Un territorio, un pueblo
y un poder”. Palabras de Per Westerberg, corroboradas con otros términos por
Billstrom.
¿Ven por qué Suecia no ha reconocido
a una entidad fantoche?
Esta es la razón y ninguna
otra alucinación, fruto de ignorancia y de especulación.
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