Tierra quemada. “Daesh” y otros grupos terroristas dejan tras ellos el caos
y la desolación. Turquía es màs prudente. Siria e Irak màs fuertes. Estados
Unidos y la OTAN màs conscientes y Rusia màs decidida. ¿Queda alguien? Si… ¡Claro!
Israel y algunos países de la región, pero acabarán por comprender como
comprendieron muchos de sus protectores.
“Daesh” por su parte lo ha comprendido. Comprendió que en Siria y en Irak,
en su autoproclamado “Estado islámico” o califato del terror no tiene futuro y está
dando sus últimos coletazos. Pero eso no significa que se acaba la pesadilla de
“Daesh”, sino solo se permuta el centro de gravedad. Hasta ahora busca cobijo. Afganistán
está lejos. Somalia seria una derrota y Mali y las amplias franjas de una
especie de “no mans land” pueden significar el comienzo del fin.
El numero de voluntarios desde octubre pasado ha bajado un 78%. Solo siguen
afluyendo afganos, pakistaníes, chechenos, bosnios, montenegrinos y de algunas
nacionalidades ex soviéticas por obvias razones que sin una difícil y muy
cotosa intendencia no es fácil llegar al lugar de los “combates”. La baja del precio del barril del petróleo y la consiguiente crisis económica se encargará
del resto. Junto a esto las ejecuciones someras de los "desertores" y de "ifractores" estàn aterrorizando tanto los que ya estàn como los que querian estar.
Nadie quiere dar la estocada. Al
contrario se trata de reanimarlo. Llueve armas y municiones. Dólares a punta
pala e ironía del destino, hasta “Daesh”
se ha dañado de la caída de los precios del crudo. Solo falta aceptarlo como
nuevo miembro de la OPEP.
Tierra quemada: los pirómanos disfrazados de bomberos encuentran cada vez
màs dificultad en seguir disimulando su obra siniestra. Los petrodólares sirven
para enriquecer a algunos cabecillas terroristas màs que para derrocar regímenes
en Siria o en Irak y los “voluntarios” van descubriendo que, desde hace días,
no es fácil el acceso a Siria ni a Irak… a riesgo de un estallido del régimen turco.
Desde hace día, hacen escala en Libia y allí se quedan, esperando el día
siguiente o instrucciones de Reka o de Basura para infiltrarse en la vecina Túnez.
Todo un sueño frustrado porque su “califato magrebí” suscita màs risa e ironía
que inquietud y preocupación.
Sin embargo, se debe confesar de que se trata de una amenaza real. Libia, Túnez,
un poco Argelia y marruecos que anuncia casi semanalmente el desmantelamiento
de células durmientes o despiertas.
Màs dura será la caída, pero para ello se debía prepararse como lo hizo
Marruecos. La permutación del epicentro terrorista desde Siria o Irak a Libia o
Túnez significaría una nueva etapa de turbulencias que Occidente y a su frente
Estados Unidos nos dirían que haría falta lustros para sofocar.
Y en esta nueva ecuación, todo el mundo es consiente de que su “Daesh”
contrariamente a sus Talibanes, no tiene ni presente ni futuro.
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