Israel/Daesh… Daesh/Israel. Tanto monta,
monta tanto, Abu Bakr Al Bagdadi como Moshe Ya’alon.
“Entre Daesh
e Irán Israel optaría por Daesh”. Palabras del ministro israelí de la defensa,
Moshe Ya’alon que ilustran cabal e imperturbablemente las afinidades entre
ambos y el mismo destino. Es lo que, no solo piensa, sino profesa la cupula israeli.
Si se plantea
la misma opción a cualquiera con el mínimo sentido común respondería: “ninguno
de los dos”. En efecto, ni Israel ni Daesh, porque si respondería en el mismo
sentido que Ya’alon sería una “apología del terrorismo” y una condena unánimemente
expresada en los países occidentales e incluso en sus satélites árabes.
Sin embargo,
los observadores en Oriente Medio interpretan este brote de atavismo sionista a
la evidencia de que, por un lado, Irán se ha coinvertido en un socio (no
gendarme como Israel) a parte entera de Estados Unidos y de todas las potencias
mundiales y porque Irán en tan pocos anos ha superado a Israel tecnológica, económica,
democrática y sobre todo militarmente.
“El milagro”
medioriental es, desde hace tiempo, Irán y no Israel y el epicentro del interés
mundial se ha desplazado repentina y bruscamente hacia Teheraní con el que se
debe contar, tanto para la paz como para la guerra.
Pero la
verdad es que lo que dijo el titular de guerra israelí no representa màs que un
secreto de Polichinela. ¿Quién ignoraba o podía desmentir los v in culos orgánicos
entre Israel y no solo Daesh, sino todos los grupos terroristas en Siria y en
Irak?
Y es que en
el nuevo oriente Medio que se está moldeando entre todos, no cabe Israel o por
lo menos en su actual forma represiva, provocativa e usurpativa.
Se diría coletazos.
Tal vez, pero un poco màs: reflejo de un estado de animo en que los secretos de
Estado (entre Israel y Daesh) y las confidencias estatales (entre ambos) hacen
flote sin lograr contenerlos.
La pregunta
que plantean los israelíes sensatos es: ¿Qué haremos cuando desaparezca Daesh?
Lo preguntan porque con la ayuda y apoyo de muchos, Israel ha podido, hasta
ahora, retrasar y postergar, el fin de Daesh porque sabe lo que esto representa
para su presente y su futuro.
Tel Aviv ha
perdido a todos sus incondicionales aliados. Solo le queda Daesh que tampoco podría
ser, por múltiples razones, incondicional. Y por primera vez en su corta aunque tumultuosa historia, Israel
se encuentra en una encrucijada.
Comentarios
Publicar un comentario