Lo fastidioso es que el tema
sirio es ineludible. Se ha dicho tanto y tanto queda por decir. Inevitable pero
también inagotable. Entre todos, incluido naturalmente el régimen, han hecho de
uno de los países más avanzados y más civilizados el peor ejemplo de la intolerancia
del odio y del egoísmo de todo tipo.
Siria, es hoy en día, todo,
menos lo que debía ser. Y lo peor es que en este caos sirio nadie es inocente:
unos deliberadamente, otros por procuración y unos terceros comiendo ajos con
bocas de otros.
Entre estos escombros de los
valores de antaño surge una pregunta que todo el mundo parece esquivar: ¿Qué
piensa el verdadero pueblo sirio del régimen y de sus oponentes?
Respondemos… no respondemos… No.
Vamos a cesar de deshojar la margarita de tan cruda realidad. No responderemos?
Ni somos sirios ni tenemos procuración alguna de su pueblo ni mandato
internacional ni estamos habilitados para hablar en nombre de quien nunca nos
ha conferido ni a nosotros ni a nadie el derecho de hablar en su nombre como lo
hacen muchos.
Pero lo cierto, de lo que
trasciende de la vida cotidiana y de los criterios de unos y otros y de una
triste realidad que no refleja mas que silencio y lágrimas no hay ningún sirio
que admira a estos jefes de guerra de turno que proliferan y castigan los ojos
en las televisiones de Qatar, de Israel y de Turquía, entre muchos otros, pero
tampoco a su régimen como lo alega.
En Siria no hay héroes. En Siria
se confunden loc conceptos de mártir y víctima. Todos son víctimas de unos u
otros. Hasta los que están muy lejos o poco interesados.
En Siria se habla desde hace
casi 5 años del fin de una época y el comienzo de otra. Israel espera impacientemente.
Estados Unidos y la OTAN también, pero Rusia ha decidido otra cosa, otro guion,
otro escenario y otro…futuro. Del presente nadie quiere hablar y casi es mejor.
Sin embargo es evidente: si con
el régimen sirio hay Rusia e Irán con sus opositores (incluidos los ‘moderados’
como si existieran realmente) está el resto del mundo.
¿Qué hacer?
Mucho… comenzando por optar por
la objetividad y la lógica que no es poco.
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