Siria y el acuerdo de la paz Caen las mascaras


El consejo de seguridad de Naciones Unidas ha llegado, por primera vez, el viernes pasado, a ponerse de acuerdo sobre un compromiso de salida de la crisis política en Siria.
Si la resolución, votada por unanimidad (algo sin precedentes en los anales de este crucigrama sirio), pone presión para poner fin a las mil y una masacre (…) en aquél país árabe y preparar el terreno a un  gobierno”, no se refiere de modo alguno al destino del presidente Bachar Al-Assad, a petición, casi con seguridad de Rusia y de Irán.
Por algo será.
No obstante, la oposición siria (principal y  otra) no ha esperado mucho para criticar el acuerdo alcanzado por las súper potencias (EEUU y Rusia)… justo el tiempo de recibir instrucciones de los que las manipulan.
Pero ¿Qué importa? Lo han decidido los que debían decidirlo. El resto es accesorio y absolutamente secundario. Son, como se dice: coletazos en voz baja.
Le président syrien Bachar Al-Assad à Damas le 18 décembre.
Oposición por oposición, la “otra” oposición tampoco parece ver con buenos ojos el acuerdo del organismo internacional. La “otra oposición  es Turquía y su aliado: Israel.
En un hecho eminentemente significativo, la cúpula turca acaba de anunciar que se va a retirar de la franja del territorio que ocupo, contra toda la legalidad internacional en Irak, no conforme al derecho internacional y a lo que deben ser las relaciones internacionales entre Estados independientes y miembros de la ONU, ni siquiera en aplicación de los usos y costumbres entre vecinos en tiempos de paz y de guerra, sino “porque, así lo dijo el propio Erdogan, Obama nos lo ha pedido “ordenado)”.
Obama ordena. Obama concibe y Obama decide. Sus satélites obedecen, ejecutan y, como es el caso sirio, lamentan.
“Otra” oposición “: Israel que acaba de atacar el territorio sirio, en un señal de “amistad y de lealtad hacia la oposición siria y sus aliados regionales que nadie ignora, salvo ellos mismos”.
Así las cosas, la sombra de una esperanza de paz ha asustado a sus enemigos declarados y disfrazados. Pero, afortunadamente no depende de ellos. Son domésticos y los domésticos no deciden, ejecutan y actúan por procuración.
Falta por determinar la responsabilidad o la implicación indirecta o implícita de Estados Unidos en lo que está pasando.


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