Hay noticias que no pueden
ni deben pasar por desapercibidas en un país como el nuestro donde los abusos
de poder y los excesos de celos conducen a situaciones realmente surrealistas.
La que les vamos a contar es una de ella:
La Dirección general de seguridad
nacional ha decidido medidas disciplinarias para con 10 de sus funcionarios (policías)
por “demasiada violencia”. Este año “la
DGSN ha tomado medidas disciplinarias (que van de advertencias hasta la exclusión
definitiva del servicio, entre otras) para con 10 de sus funcionarios a raíz de
denuncias de uso excesivo de violencia”, indicaba el lunes en Marrakech el
ministro delegado ante el ministro del Interior, Cherki Drais.
Interviniendo en la sesión de
apertura de los trabajos de un taller regional sobre la puesta en marcha de la convención
contra la tortura, organizado durante dos días por la iniciativa internacional
de lucha contra la tortura (CTI) y el Think tank británico Wilton Park, Drais
dio a conocer que 27 casos están actualmente ante la justician entre ellos el
expediente de los agentes de policía que ejercían en Casablanca, excluidos de
sus función es, hasta la sentencia de su juicio a raíz de su comparecencia ante
el tribunal después de brutalizar a un ciudadano durante su bajo vista.
Es decir que la máquina
funciona aunque los hay quien es la quieren averiar. Por ello es más que
deseable la vigilancia ciudadana y la cooperación con la DGSN y con las
instancia judiciales en caso de irregularidades o de conductas indebidas de los
que están donde están para velar por la aplicación correcta de la ley y de muro
ante la injusticia y la coacción.
Por ello, en otros cielos, a
la policía y hasta a las fuerzas armadas, se les llama Pueblo uniformado.
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