¿Pero qué
liderazgo y que mundo musulmán? Ellos no quieren saber nada de los 3 770
musulmanes muertos al intentar atravesar el Mediterráneo, huyendo de los
conflictos que han creado ni de las mil y una profanación de los ultraístas
sionistas de la Mezquita Al Aqsa ni del caos en Somalia, no el desastre en
Afganistán ni la hambruna que asola más del 70% del mapa islámico.
No. Ellos disputan el liderazgo del mundo islámico.
Para ellos se han comprado miles…miles y miles de dólares de artefactos
militares, han salvado de la crisis a casi todo Occidente, han hundido a medio
mundo musulmán y nos han detestado a todos aunque nos necesitan para escuchar
más promesas, para tener más falsas esperanzas y para soñar… seguir soñando…
seguir soñando.
No. No formamos parte de sus proyectos… ni de sus
preocupaciones… ni de sus generosidades. Ellos prefieren Pigalle o Picadelly
donde se convierten en alérgicos a los turbantes o a las chilabas. Ellos son
ellos y nosotros somos nosotros. Ellos y sus aviones privados, nosotros y
nuestros pies, a veces descalzos. Ellos y su opulencia, nosotros y nuestra
escasez y precariedad. Ellos y su riqueza, nosotros y nuestra pobreza que roza
la indecencia…
Si. Es verdad… la pobreza casi es una apostasía.
Pero ellos, para ser líderes, necesitan a los pobres, pobres como son porque su
voto o su opción no puede ser pobre ni excluyente.
¿A quién deseemos feliz año nuevo? ¿A los que han
nacido con estrella o a los estrellados? A los que tienen o a los que no
tienen. A los que buscan el liderazgo o a los, como nosotros, llevan lustros
alucinando de que “este mundo es de nosotros y no de los que tienen o mandan más”.
No, estimando Daniel Viglietti: nadie puede
desalambrar… No. Nadie… nadie.
Feli año nuevo y prospero 2016.
Mañana serà otro... año
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