Muchos se preguntan diariamente como la banda terrorista de “Daesh” ha
logrado construir en tan poco tiempo una fuerza casi invencible. En menos de 5 días,
según su ministerio de Defensa, la aviación rusa ha destruido mil objetivos de
la organización criminal y en lo que llevamos de esta semana damasco ha
anunciado la recuperación de más de 15 “posiciones estratégicas”. Luego la “coalición
occidental dirigida por Estados Unidos y
bla…bla…bla.
Hay serias y legitimas razones para inquietarse, pero también para exigir conocer
la verdad. Lo que no es fácil ni posible. Daesh no solo amenaza a Siria y a
Irak donde se encuentra, sino también a países como Egipto, Libia, el Yemen,
entre muchos otros.
Y la verdad es que no puede ser lógico con tantas y tan variadas voces que
pretenden luchar contra el terrorismo. Y tantas y tan diferentes razones para
no creerlo.
Lo cierto es que, cada día que hace Dios, descubrimos implicaciones y hasta
apoyos de muchos a Daesh y a demás grupos terroristas, unos, eso si, más que
otros, como la Turquía de Erdogan cuyos vecinos nunca… james olvidarán su
nefasto papel en el exterminio de sus pueblos y la destrucción de sus
infraestructuras.
La reciente ocupación de una franja de territorio iraquí así lo ha revelado
y las intenciones de Ankara con una perfecta coordinación con Israel han dejado
de ser un secreto.
Pero son las circunstancias que juzgan e imponen. Países como Siria o Irak que
antaño Turquía pensaba mil veces antes de mirarlos de reojo, han sido lo
suficientemente reducidos al silencio.
Pero ya vendrán tiempos mejores.
Pero Ankara lo hace por procuración. Detrás esta escondida la OTAN y
algunos de sus miembros y lo corrobora, cuando menos, el hecho de que oficiales
turcos entrenan y “adiestran” a “rebeldes” cosacos, prestados o pagados a Daesh
para oscuros fines, lo que en si mismo debería constituir un serio, muy serio
motivo de inquietud.
En esta óptica, hoy mismo el procurador general turco ha abierto una investigación
de “carácter urgente” a raíz de la publicación por el opositor “República”
documentos y pruebas más que fehacientes y más que comprometedores de los
contactos periódicos de muchos altos oficiales del ejército de Erdogan y los
cabecillas de Daesh.
En todo caso no es, ni mucho menos, el primer indicio de este tipo de “cooperación”
entre el régimen turco y las hordas terroristas pero si el primer síntoma de un
orden árabe e internacional en una descomposición avanzada.
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