La agresión israelí contra Damasco (ayer 20-12) que costo la vida a Samir
Qantar una de las figuras mas emblemáticas de la resistencia a Israel y uno de
los que más anos han pasado en sus prisiones y campos de concentración y a
civiles sirios en un edificio, plantea la urgente necesidad de responder a la naturaleza
de los acuerdos secretos en Moscú, en septiembre pasado entre Vladimir Poutine
y Benyamin Nettanyahou, los cuales, según la prensa israelí de la época , se habían
puesto de acuerdo sobre, lo que Gilles Munier de “France-Irak-Actualité” llama un
“mecanismo de prevención” a fin de evitar “todo incidente aéreo”. Una especie
de “línea directa” entre Tel Aviv y Moscú había sido instalada a este respecto.
Los dos cazas israelíes han podido violar, pues, el espacio aéreo sirio y
disparar 4 misiles y volver tranquilamente a su base sin problemas.
Preguntado al respecto, el ministro ruso de Defensa se ha negado comentar
la operación israelí.
¿Qué piensa Poutine?
No hace falta esperar una respuesta rusa. Seria realmente ingenuo creer que
Rusia no estaba al tanto de antemano de esta agresión, sobre todo que su
ministro de Defensa y el propio presidente Poutine llevan repitiendo hasta la
saciedad de que el material ruso en Siria es de perfección.
¿Es posible que este “material altamemnte perfeccionado” no haya detectar a
los aparatos israelíes?
Imposible es la respuesta. Los rusos estaban al corriente de los pormenores
de la operación israelí lo que pone en tela de juicio acuciantemente la
confianza de algunos países árabes, incluido Siria e Irak en Rusia y su
ficticia alianza.
Evidentemente Rusia tienen sus intereses estratégicos y no está para
sentimientos y apoyos o ayudas “gratuitas” o superfluas. De donde se debe ir
con mucha cautela con lo que afirma Moscú y sus intenciones en Siria, donde ha
podido reconstruir su salud, gracias a su régimen y más concretamente a su
presidente Bachar Al-Assad y en la región, donde se lo ha permitido esta “salud”.
De hecho no seria lógico que los dirigentes sirios lo ignoraran. Otra cosa
serias las circunstancias que permiten a Turquía ocupar amplias franjas en Irak
y a Israel de atacar una capital árabe sin que la Liga árabe dijera que esta boca
es mía.
¡Qué tiempos!
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