Para la crisis
siria antes del derribo del SU-24 ruso no es ni podría ser como el pos-derribo
de este aparato. El incidente marca un punto de inflexión de una Turquía que
había hecho su agosto sobre lo que llamó
“cero problemas con los vecinos” y sobre su esperanzador (luego
frustrante) concepto de Islam-Democracia.
Occidente y a su
frente Estados Unidos nunca perdonarán a Erdogan y los suyos en la cúpula del
gobierno de Turquía. El presidente turco lo ha comprendido. Comprendió el
mensaje de la ausencia del menor signo de solidaridad ni de la OTAN ni de EEUU
ni de nadie. Comprendió que metió para. Que está metiendo pata y que quedan muy
pocos países dispuestos a colaborar con su régimen. De donde los vergonzosos
intentos de calmar el juego y de acercarse, cueste lo que cueste, a Rusia y una
in confesable e inconfesada renuncia a su tan cacareada idea de zonas de
exclusión” en territorio sirio.
Decepcionante
Erdogan… para unos, providencial…para otros. Sin él nadie hubiese podido tener
la certeza de quién es amigo y patrocinador del terrorismo y quién lo combate
realmente.
Erdogan ha
calculado mal…muy mal. Ahora deberá reunir toda la valentía del mundo para
devolver a Turquía lo que apuntaba ser y que había hecho su “edad de oro”.
La UE no desea
más que una solución a los refugiados que le había propuesto justamente
Turquía.
La OTAN que no
quiso o no pudo intervenir en la europea Ucrania difícilmente puede intervenir
o ayudar a intervenir en Siria.
Y Estados Unidos
que conoce exactamente los riesgos de una confrontación con Rusia en Oriente
Medio y el temperamento de su presidente Vladimir Poutine, imposible sobrepasar
las líneas rojas establecidas para no pasar de la guerra fría a la paz
caliente.
Y finalmente, el
mundo y más concretamente algunos países árabes han descubierto una potencia:
Rusia, respetada, temida e imponente Lo que algunos, como Erdogan y sus colegas
del PJD se habían olvidado.
Nueva época…
nuevos comportamientos. Turquía en busca de una solución. Erdogan en busca de
los medios para evitar un ocaso seguro. Y el mundo y sus reproches, en voz baja
y en minúscula a los dirigentes turcos por su monumental metedura de pata.
Ninguna carrera
armamentista seria útil en Siria. Los juegos están hechos.
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