Washington lo sabe mejor que nadie: el verdadero reto no está en los
combates en Siria ni en Irak, sino en Irán y sus eventuales alianzas que podrían
sellar el futuro de oriente Medio.
Washington lo sabe. Sabe que el verdadero combate ha comenzado lejos y sin
armas, sino con la diplomacia y las ofertas comerciales. Si Lo sabe y los países
de la región saben que a excepción de Israel, EEUU no tiene aliados ni “responsabilidades”
para proteger a nadie.
Y justamente hoy en Teherán en una sutil alusión al respecto el presidente ruso,
Vladimir Poutin dijo que su país “no traiciona nunca a sus aliados”.
Respuesta a quien la buscaba.
Sin embargo, lo curioso es que las declaraciones y las ruedas de prensa de
los portavoces de las diferentes instituciones americanas ya no convencen a
nadie y parece que tampoco a los propios responsables americanos: cacofonía,
redundancia y lengua de madera. Todo falso. Todo rozando los postes, como diría
un aficionado al fútbol.
Mientras tanto, Oriente Medio se ha dividido entre los países que afirman
ser aliados u socios a parte entera de una de las súper-potencias y otros que tratan
de disimular que no son más que agentes, satélites y domésticos de otra súper-potencia.
Ninguno de ellos hace bien. Pero unos no tenían alternativa, otros la
desperdiciaron y siguen desperdiciándola. Ni Rusia ni Estados Unidos les puede
valer más que sus hermanos árabes, tanto las victimas como los victimarios de
la llamada (irónica o sádicamente) “Primavera
árabe”.
Rusia está recogiendo los primeros frutos de su audacia diplomática en la región.
Nunca lo hubiera hecho sin su firme postura junto a Siria y su régimen y no es más
que el comienzo. Mientras que estados Unidos lo está perdiendo todo… todo hasta
la guerra y la paz y lo que es peor: también no es más que el comienzo.
Al final todos perderemos… todos, menos Rusia.
Comentarios
Publicar un comentario