La gente se pierde. Los lectores no saben sobre
qué pie Occidente y a su frente Estados Unidos, pero también Francia y otros
miembros de la OTAN,
quieren bailar.
La gente busca. Los lectores no encuentran
sólidos argumentos para creer ni a la prensa ni a los mandatarios. Nunca antes
un asunto ha sido tan controvertido, tan intensamente manipulado y a pesar de
lo cual ingenuamente planteado.
La gente quiere saber. Los lectores devoran los
análisis, las hipótesis, las pretensiones, las verdades y las contra-verdades.
Cuanto más avanzan menos vislumbran la realidad-realidad.
La gente descubre. Los lectores no cesan de
hurgar y de escular entre los datos, las informaciones, las afirmaciones y los
rumores pintados de verdades a favor de este y en contra de aquél.
La gente desconfía. Los lectores dan, cada vez
menos credibilidad lo que cuentan los cuarteles generales. Todo es
contradictorio, todo es antónimo de la verdad y de la transparencia.
La gente escruta las posibilidades. Los lectores
quieren confirmar quién ha creado a “Dae’sh”, quién lo sigue apoyando, financiando
y armando, quién le dio ofreció generosamente su territorio para pasar a Siria,
a quién beneficia en su lucha doctrinal, a quién le sirve como argumento contra
el Islam y los musulmanes y a… quién debía servir y no le va a servir, de
palanca hacia el control de las riquezas y el poder de la región.
La gente se pregunta por lo que realmente está
pasando en Siria y en Irak, por qué está pasando y desde cuando pasa. Los
lectores, por lo menos muchos lectores han decidido, a raíz de los atentados de
Paris (hacia falta victimas no árabes para hacerlo), sacar de su cerebro todo
lo que les han dicho sobre el terrorismo, sobre Siria, sobre el mundo árabe,
sobre el Islam, sobre los musulmanes y sobre sus valores morales, políticos y
religioso y proceder luego a una minuciosa verificación, información, por
información, mentira por mentira, manipulación por manipulación y crimen por
crimen.
La gente no quiere esperar lustros o siglos antes
de comprender. Los lectores no tienen más que leer de una forma objetiva, recurriendo
a su propio análisis de la situación que se presenta y diversificar las fuentes
y las calificaciones.
Transparencia… ¿Cuántos crímenes se cometen en tu
nombre?
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