El 2016 está a la vuelta de la esquina… y sus
citas electorales (las legislativas) con sus alianzas y sus coaliciones políticas
también.
Para algunos estas alianza y las posibles
coaliciones se van a basar en la soberanía
de la decisión política mientras que no pocos hablan de dos bloques: el
reformista y el conservador.
En esta óptica “Le260” se pregunta si el campo político
marroquí se dirige hacia nuevas alianzas y nuevas coaliciones de cara a las
elecciones legislativas del 2016.
En todo caso, es la pregunta que se planteo
durante un encuentro organizado, el miércoles pasado en Rabat por el
Observatorio nacional para los derechos del elector y el centro cultural alemán
(Goethe Institut).
4 lideres políticos, según el diario “Akhbar
al-Yawm”, tomaron parte en este
conclave: Saedine Otmani, Presidente del consejo del Partido de Justicia y
Desarrollo (PJD), Khalid Naciri, miembro del Buró político del Partido del
progreso y socialismo (PPS), Amina Mounib, secretaria general del Partido
socialista unificado (PSU) y Hassan aviaba, miembro del Buró político de la Unión constitucional (US).
Para El Otmani, las coaliciones y las alianzas
entre los partidos políticos se van a basar
en la soberanía de la decisión política. En este sentido, recordó la
elecciones del presidente de la
Cámara de consejeros cuando dos bloques se han desprendido
durante la segunda vuelta. “Uno, preciso, estaba compuesto por partidos
soberanos en su decisión, mientras que el otro estaba formado por partidos que
no lo son”. Es decir: dos bloques, uno autónomo y otro dependiente de otro
partido que el dirigente del PJD no quiso mencionar, aunque nadie en Marruecos
lo ignora.
En este sentido Khalid Naciri hablo de dos
bloques, pero de la misma estructura. “Lo que aparece hoy, explico, es que hay
dos bloques en Marruecos: uno reformista que opta por la consolidación de la
estabilidad y otro conservador en el sentido político”.
Para el representante de la Unión Constitucional,
las alianzas y las coaliciones políticas van dejar de basarse en ideologías,
sino en programas de partidos políticos, precisando que el proceso democrático
en Marruecos avanza y con sólida las adquisiciones.
Finalmente la secretaria general del PSU ha
afirmado que la “excepción marroquí no es más que una superchería” subrayando
que Marruecos tiene ante si aun un largo camino a recorrer para edificar una
democracia en el amplio sentido del término, que pueda “garantizar una
verdadera separación de los poderes”.
Al pan,
pan y a la política y sus partidos lo que es. A juzgar por los últimos comicios,
marcados por una total ausencia de lo que deberían ser los principios éticos de
la acción política, Marruecos necesita acuciantemente la emergencia de una
nueva visión y una nueva conciencia políticas lejos…muy lejos de las existentes
hasta ahora a fin de hacer surgir una nueva disciplina de votar al amparo de la
corrupción, el engaño y la compra de conciencias.
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