La verdad es que hace tiempo que nada sorprende en este extraño país donde
vivimos. No obstante, hay cosas que suscitan, cuando menos, la curiosidad y
esta es una de ellas: Por primera vez, una asociación encargada de proteger los
fondos públicos ha lanzado un
llamamiento para someter los gastos del tribunal de cuentas, en principio
encargado de garantizar el buen empleo de los fondos públicos, a un control público.
Al parecer, según el diario “Al Massa’e” citado por “Le360” durante la
asamblea general de esta ONG, muchas voces se han levantado para contestar el
considerable dinero que cuesta a los contribuyentes marroquíes esta corte de
cuentas, en clara alusión a sus “informes sin impacto disuasivo significativo
sobre la dilapidación de los fondos públicos en Marruecos.
No cabe duda de que la exigencia de la ONG de que, habida cuenta de su importancia, las
cuentas del tribunal de cuentas no deben permanecer, como hasta ahora, al
abrigo de todo control, sin embargo lo curioso es que nadie en Marruecos podía
creer que los gastos de quien vela por el buen uso de los gastos públicos
escapan a todo control. Tanto más que los informes y las conclusiones de sus
magistrados a pesar de que debieran ser de una importancia capital para la
transparencia en la gestión del Estado, no sirven a gran cosa ni han servido
hasta ahora a gran cosa.
Efectivamente, estos informes debieran, en principios, conducir a los
eventuales malversares de fondos públicos ante la justicia. No. No es ni ha
sido el caso hasta ahora lo que resta importancia y trascendencia al tribunal.
Así que… o que se haga bien el trabajo o que el estado economice un poco más
en sus presupuestos generales.
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