Según el diario « Al Massa’e » citado
esta mañana por « Le360 » « una lista de 140 ‘yihadistas’ fue
entregada por los servicios españoles a
sus homólogos marroquíes para ayudarles a impedir su regreso para cometer
atentados terroristas en España”.
Ayer asimismo información en la prensa francesa y
americana indicaban el “papel” de Marruecos en la persecución y acoso de los
terroristas autores de los atentados de Paris el viernes pasado.
Ayer asimismo muchas capitales europeas, entre
ellas Roma, Bon, Londres y Estocolmo han expresado sus inquietudes ante la
eventualidad de atentados terroristas, algunas de las cuales han anunciado
haber desbaratado este mes o el anterior “espectaculares tentativas de
atentados terroristas”.
Muy a menudo, gracias a la “importante colaboración
de los servicios de contra-espionaje marroquíes” como fue el caso de la alerta
de Madrid en el sentido de presencia de presuntos terroristas de nacionalidad española
en Irán para cometer atentados.
Si, por un lado es de elogiar la eficacia y la abnegación
de los servicios de seguridad marroquíes, particularmente los encargados de la
lucha anti-terrorista, personalmente creo que, ante las actitudes de inquietud
y de suspense de muchos países europeos, entre ellos Francia y España, que, de
confirmarse la extrema amenaza que representa “Dae’sh” como lo afirman, seria,
cuando menos peligrosas estas informaciones sobre la “cooperación” de Marruecos
que podrían exponer la vida de los marroquíes a un peligro inútil.
Dicho con otras palabras: En este delicado
dominio de cooperación y colaboración anti-terroristas la prudencia y la discreción
son indispensables para, por un lado su
éxito y para no exponer la vida de ciudadanos al peligro.
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