No importa que “Dae’sh” lo haya reivindicado con comunicado y todo… Tampoco
importa preguntarse sobre la verdadera identidad de los autores de la cobarde
masacre de anoche en la capital francesa. Pero si, seria legitimo, expresar
todo el asombro del mundo ante tanta “audacia”: tantas armas y tantos explosivos
sin que nadie se percatara de nada… absolutamente de nada.
Luego… riendas sueltas a la imaginación y a los pretextos: “se ha
encontrado un pasaporte sirio cerca de uno de los kamikazes”. Y es que, parece
que el “tío” estaba “en regla” con sus documentos y todo…
Y de sopetón… “la pista siria”. Si el régimen sirio o cualquier régimen que
se desea derrocar tuviera la facultad y la dudosa posibilidad de protagonizar lo
que protagonizo “Dae’sh” anoche en Paris, seria grave…muy grave. ¡Nadie está
protegido. No. Nadie.
En Viena siguen las trasnochadas ideas. “Apoyaremos una solución política
para expulsar a Bachar al-Assad, si no apoyaremos a la oposición para que lo
hiciera”.
¿Qué oposición? Y… ¿Por qué no lo hizo desde hace más de 5 años? O lo que podría
ser igual ¿Para cuantos años o siglos?
Otros (John Kerry) habla de “alto el fuego” ¿Entre quién y quién?
“Dae’sh” debe sentirse tranquilo por más crímenes y por más extravíos que
cometa. Se equivoca. Se avecinan malos Díaz para su autoproclamado califa y los
demás miembros de la mercenaria cúpula. No le bastarían todos los apoyos y
todos los miles de millones de dólares. Es cuestión del pueblo y con los
pueblos no se debe ir jugando.
Justamente los crímenes contra la indefensa población civil constituye uno
de los botones de muestra de su derrota. Es el comienzo del fin y como todos
los comienzos del fin va a ser duro y probablemente inhumanamente cruel.
Pese a todos los pesares, Oriente Medio se prepara a aprender a vivir sin “Dae’sh”
ni otros “Dae’shis”.
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