Atentados de Paris: Dos marroquíes victimas de la intolerancia y “Fatua” marroquí contra el falso “Yihad” (Guerra santa)

Un súbdito marroquí, Mohamed Amine Ibnmoubarak ha muerto en Carillón resultando gravemente herida por muchas balas disparadas a bocajarro por los terroristas, su esposa la cual se encuentra actualmente entre la vida y la muerte en los atentados que la capital francesa conoció el viernes pasado.

El embajador de Maruecos en Paris que lo ha confirmado anuncio también que otro marroquí resulto herido en sus piernas, sometiéndose a una operación quirúrgica y que su vida, según el embajador Chakib BenMoussa, está fuera de peligro.

 

Según las agencias de prensa, muchos extranjeros entre ellos tunecinos, senegaleses, belgas, ingleses, portugueses, rumanos, dos argelinos, un sueco, dos americanos, un chileno nieto del embajador de Chile en Paris, dos brasileños  y un español, Alberto González Garrido, de 29 años, resultó muerto cuando asistía, con su hermana  al concierto en Bataclan.

A esta lista, según la prensa francesa de hoy pueden añadirse otras victimas de otras o de las mismas nacionalidades.

En este orden de idea, reaccionando a los criminales atentados de Paris, las instancias del Islam en Marruecos han criminalizado al llamado “Estado islámico”, invitando a una mejor definición del concepto y concepción del Yihad (Guerra santa en el Islam).

De esta forma, el Consejo superior de los Ulemas de Maruecos, instancia oficial que reagrupa a los ulemas del Reino ha emitido ayer (sábado) una “Fatua” (opinión o criterio religioso) que corrige la noción del “Yihad”, rechazando la violencia y el terrorismo de grupos terroristas como “Dae’sh”.

En reacción a los atentados del viernes en Paris “que costaron la vida a 129 inocentes con el pretexto del “Yihad”, el Consejo superior de los Ulemas estima que “el ‘Yihad’ por las armas no es un  recurso salvo en caso de extrema necesidad cuando los musulmanes son atacados por sus enemigos y que todas las vías pacificas fracasaran”.

Lo que no era el caso ni en Paris, ni en Beirut ni en Túnez ni en Turquía ni es actualmente  el caso en Siria ni en Irak ni en ninguna parte del mundo.