Para muchos, casi 5 años después del comienzo de
la crisis siria, la reciente visita del ministro omanés de relación es exteriores,
Youssef Ben Alawui Abdulah tenía por objetivo reeditar su extraordinario papel
en la solución del expediente nuclear iraní en el conflicto sirio.
De hecho, en agosto el jefe de la diplomacia
siria Salid Al Muhalim viajó a Oman donde se había reunido con su anfitrión
omanés.
Los desplazamientos de ambos cancilleres a sus respectivas
capitales se enmarcaba en una misión especial de Ibn Alaui, el cual en ambas
ocasiones, era mensajero y mediador entre muchos países (algunos de ellos del
Golfo) y el régimen sirio con el que algunos países de la región llevan a cabo,
desde hace semanas, negociaciones secretas.
¿De qué se trata? ¿Por qué tanto misterio?
Sencillamente porque los servicios secretos
sirios poseen un arsenal de informaciones explosivas sobre los vínculos y las
relaciones de muchos países con el terrorismo que no se quiere que se revelen.
Según informaciones concordantes, solo Rusia y en
menor medida Irán han podido tener acceso a parte de estas informaciones, que según
fuentes sirias “son inherentes de quitar las mascaras a muchos”.
Pues bien. Aprovechando esta inesperada y
estratégica “ventaja”, Rusia se presenta como el bando que obra por la paz mientras
que el resto lo hace por la guerra.
O se va Al Assad o reforzamos a “Dae’sh”. Todo
depende, no de la voluntad política mil veces anunciada y mil veces hipócritamente
reiterada, sino de qué Siria vamos a encontrara después de invertir, entre
todos, unos más que otros, miles de
millones de euros para crear, entrenar, formar, armar, apoyar y manipular a lo
que “nos quieren arrebatar ahora los rusos” (Dae’sh).
Desde hace semanas nadie dice no a Rusia, que,
independientemente de sus declaraciones para el consumo local, saben
pertinentemente lo que quiere y lo que va a obtener.
La primera etapa era la intervención militar. La
segunda la reunión de Viena y ala emergencia de Irán, Egipto, Irak y el Líbano
como actores y testigos de una nueva era en Siria y en Oriente Medio.
¿Y la tercera?
No seria difícil imaginarla…. Con un mínimo
ejercicio de realismo e imparcialidad. Rusia, eso si, es el maestro, el resto,
incluidos los EEUU, son simples músicos que deben seguir al maestro… y es,
justamente lo muy grave. Después lo vamos a arrepentir todos.
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