Dos noticias:
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La primera: El Pentágono esta súper contento. ¿Razón?:
El gobierno iraquí le acaba de dar garantías de que no solicitara la intervención
militar rusa para combatir a “Dae’sh”.
Naturalmente siempre cabe preguntarse ¿Por qué? ¿Qué tiene de malo aunar
los esfuerzos para combatir lo que no se ha podido o no se ha querido combatir?
Lapsus de este tipo y de este género se repiten pero muy pocos los observa.
Pasemos a la segunda noticia que también es reveladora de las intenciones
nunca reveladas de los occidentales:
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La segunda: El ministro alemán de Asuntos
exteriores, Frank-Walter
Steinmeier acaba de pedir a “los Estados del Golfo a contribuir al esfuerzo
financiero de los refugiados (sirios).
También aquí siempre cabe preguntarse ¿Por qué ellos y no otros? ¿No será
porque el jefe de la diplomacia alemana los considera responsables del actual
caos en Siria?
Lapsus de este tipo y de este género se repiten sin que nadie los observara
de cerca.
Uno y otro revelan sin quererlo el verdadero motivo y las verdaderas
motivaciones de lo que pasa en Irak y en Siria. Pero ningún de ellos se atrevería
nunca a reconocer la realidad de las cosas. De donde la inaplicable
fobia a la intervención militar rusa en Siria a pesar de que los gritos a la
lucha contra el terrorismo ensordecen los oídos.
Una cosa es cierta: Todo el mundo sabe lo que pasa en Siria y en el Oriente
Medio en general, pero nadie asume moralmente la responsabilidad y la obligación
de alzar la voz para acabar con esta hemorragia que esta costando mucho a
todos.
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