Oriente Medio y Rusia: Alianzas peligrosas…

« Hace 50 años, en Leningrado, la calle me enseñó una regla: ‘si la pelea es inevitable. Debes pegar primero’”. Palabras del presidente de Rusia, Vladimir Poutine en el Foro de Valdaї (22-10).

Sin embargo en Siria golpeó (o golpea) el ultimo por ello, quizás va a reír más y mejor. A menos que el ex oficial de la KGB quisiera decir otra cosa. En todo caso, es o va a ser el primero en revelar los secretos de esta sucia guerra en Siria y en Irak… si es que no tuviera otro objetivo, otra finalidad y, naturalmente, otros proyectos.
Lo hemos dicho en más de una vez y esta es ocasión para recordarlo: nunca se debe confiar en Rusia. Los que lo hicieron, como el Egipto de Gamal Abdennasar lo sabe mejor que nadie y el actual primer mandatario de Siria tampoco lo ignora aunque imperativos de orden coyuntural no le han dejado ni le dejan otra alternativa, comenzando este juego a parecer como aquello de “amistades peligrosas”.
Gracias a su “colaboración” con Rusia, Bachar al Assad o más exactamente sus servicios secretos están recogiendo “pruebas”. Las ultimas han sido los Toyotas que EEUU regala generosamente a “Dae’sh”, que la llamada “oposición moderada” no es más que un instrumento de transporte de la ayuda occidental a las hordas terroristas de Abi Bakr Al-Bagdadi, que Bélgica que acuerda subsidios sociales (indemnizaciones sociales) a sus súbditos de confesión musulmana o no que se vayan a “combatir” en Siria (hasta ahora el importe de estas ayudas alcanza los 80 000 euros), que los satélites regionales que apoyan, financian, arman y cuidan al terrorismo en Siria y en Irak lo hacen por procuración porque  ni esto son capaces de hacer y que  no pocos tiemblan cuando se imaginan Siria sin “Dae’sh”.
 
No. Poutin no pego primero ni va a pegar último. De hecho, Poutine no está en Siria para pegar, sino para realizar unos objetivos geopolíticos, económicos y estratégicos que, sin la miopía de Estados Unidos, sus aliados y sus domésticos, nunca hubiera sonado realizar.
Lo grave en el asunto es que muchos países… infinitamente más de lo que se pueda creer están descubriendo una Rusia “de paz” y con el trauma de las guerras es justamente lo que se buscaba desde hace mucho tiempo y se acaba de “encontrar”.
Genial, pertinente, sagaz y hábil Poutin. Solo que, como decía el difunto rey Hassan II: “se puede cambiar todo… todo, menos la geografía”.