Se acaba de lanzar una campana de peticiones ciudadanas Avaas para despojar
a Aminatu Haidar de su nacionalidad marroquí.
A primera vista el mensaje de la campana es lógico y hasta surrealistamente
nacionalista. La señora Haidar, hija de marroquíes que se sacrificaron por su país
Marruecos y por sus hermanos los marroquíes no debe conservar su nacionalidad marroquí
puesto que sirve los intereses de los enemigos de Marruecos, del principio de
su integridad territorial y mas exactamente su soberanía sobre sus provincias
sahrauies. El lanzamiento de esta campana ciudadana interviene al día siguiente
de una intervención de Aminatou Haidar hostil a Marruecos (era el pasado día
15) ante el Parlamento sueco a donde viajó con un pasaporte marroquí y de donde regresará a su Layun
de adopción, porque ella nació en territorio mucho más dentro en el norte de
Marruecos.
¿Quién dice más?
Sin embargo… Aminatu Haidar es la más cabal y la más elocuente prueba de la
democracia en Marruecos. ¿Dónde puede existir o haya existido su caso, alguien
que pasa su vida atentando contra su país y cuando marca un a pausa vuelve a él
tranquilamente… sin ningún problema?.
Si Argelia y su Polisario tuvieran una como ella no recurrirían a una marroquí
para servir sus viles intereses y ella, Aminatu Habidar se vende al mejor
impostor. Cobra de aquí, de allá y de más allá.
Lo dije hace mucho tiempo, lo voy a recordar a pesar de que es largo:
Las marimorenas de
Aminatu Haidar, un auténtico caso patológico que, en España, se confunde
deliberadamente con el problema del Sahara, cuando la señora Haidar, hija de un
difunto soldado de las Fuerzas Armadas reales que consagró su vida a la defensa
de su país (Marruecos) antes, durante y después de 1975 (fecha de la Marcha Verde) no
tiene absolutamente nada que ver con esta región porque, pese a haber estudiado
en una de sus escuelas: la
Escuela Hassan II de Layun, no responde ni siquiera a los
criterios de identificación para tomar parte en cualquier tipo de consulta sobre
el territorio.
Es Oriunda de Akha a
pocos kilómetros de Foum Lhssen en el Sahara oriental marroquí donde nació y
creció, que, siendo militante de una asociación de derecho humanos
descubrió “lo lucrativo” de ser separatista en Marruecos, “obteniendo” hábilmente
una injusta condena de cuatro años de prisión y 480 000 Dh (algo más de
45 000 euros) de recompensa de la Instancia de Equidad y Reconciliación (IER) que
el rey Mohamed IV instituyó para recompensar las eventuales victimas de la
llamada en Marruecos “época de plomo”.
Desde entonces, el
apetito de la hermana Haidar no tiene límites. Desde entonces e incluso mucho
antes, cuando la señora Haidar lucia aun con o sin motivo su tarjeta de
identidad marroquí, debido al separatismo polisarista y al apoyo español,
Marruecos ni está 100% en paz ni 100% en guerra y tiene todo el derecho de
protegerse.
España no tiene la
desgracia de tener como vecino a Argelia.
¿Cómo tratarían las
autoridades españolas a un vasco que, procedente de Francia por ejemplo se dirige
hacia el aeropuerto de Bilbao o de San Sebastián y que indica en el boletín de
entrada: nacionalidad vasca y en el apartado con destino a: Republica de
Vizcaya?
Obviamente, como el
Sahara Occidental marroqui, no existe
ninguna entidad soberana llamada Vizcaya y una simple alusión equivale en el
derecho internacional a un desafío a la autoridad estatal o lo que es lo mismo:
apología del separatismo.
Con una simple
valoración superficial, se puede percatarse de la ingenuidad, cuando no de la
imbecilidad de más de 99% de los españoles (porque fuera de España el caso no
interesa a nadie ni siquiera en la potencia protectora Argelia) que opinan
sobre el caso que no tienen, como diría Alfonso Guerra, ni zorra idea: Una
verdadera exhibición de morofobia gratuita, de racismo primario y de una
injustificada xenofobia moral e intelectual. Y lo que es peor: hasta algunos
artistas se precipitan a hacer gala de su anecdótica alineación y su
sintomática ignorancia.
Pero a falta de pan,
buenas son las tortas. O lo que es igual: para el Polisario a falta de una
Haidar propia “importa” Haidar del sur de Marruecos.
Así las cosas,
difícilmente se puede imaginar otra Haidar en los campamentos de Tinduf o
incluso en Argel. Aminatu Haidar y sus compinches separatistas aprendices son
fruto de la realidad marroquí. Es la ilustración cabal y elocuente de la
emergencia de una nueva conciencia, que brota de un clima de libertad,
pluralismo político y democracia en el Sahara marroquí y en todo el país.
En España, cuando no
se trata de los que se cree argelinos, o argelinizados (sahrauies), esto se
llama apología del terrorismo. Pero en Marruecos con o sin espectáculos como el
de la señora Haidar y sus promotores españoles, no somos pocos los que
conocemos a España, a algunos de sus sectores visceralmente anti-marroquíes y
chapurreamos el español, nos hemos dado la perfecta cuenta de la masturbación
democrática de la prensa española. En los cajones de los directores de El Mundo
y de El País se encuentran decenas de artículos de marroquíes. En mi
experiencia en tanto que corresponsal de El País en el Magreb sé que si
no escupes sobre la religión musulmana, si no defiendes al homosexual y si no
insultas a los valores sagrados de la nación marroquí nunca te publicarán nada.
Es más: en ambos diarios nunca existió más de una opinión y el curso de los
acontecimientos lo corrobora.
Comentarios
Publicar un comentario