El secretario para la
Defensa (guerra) estadounidense, Ashton Carter anuncio ayer
que su país (EEUU) “ha lanzado por paracaídas toneladas de armas” a lo que ha
llamado “oposición moderada en Siria”.
Inútil recordar donde van a parar siempre “estas toneladas de armas”
americanas ni con qué objetivo se ofrecen generosamente.
“Dae’sh” y en parte “Annosra” (Al Qaida) son los destinarlos y el resto de
las bandas terroristas calificadas de “oposición moderada” son transportistas…
simple transportistas. Hay millones de pruebas pero en el panorama bélico sirio
no bastan las pruebas.
Ahora bien, todos los informes sobre la guerra y la situación política en
Siria llegados al Pentágono y a las chancillerías occidentales y de algunos
satélites y domésticos de Estados Unidos en la región aguantan hacia la imposibilidad
de una “solución militar” en Siria y que con lo “invertido” contra el pueblo
sirio por unos y otros hubiéramos podido erradicar la pobreza de la faz de la
tierra y el paro en la inmensa mayoría de los países del mundo, comenzando por los países árabes, algunos de
los cuales, tanto lo necesitan.
Pero esta es la ultima de las preocupaciones de los patrocinadores de la
guerra y de la destrucción en Siria, Irak y en otros países árabes.
Lo cierto, hoy por hoy, es que Bachar el Assad no ira por las armas. Así lo
ha demostrado desde hace 5 anos y todo indica que es capaz de resistir y recuperar
lo perdido en otros 5, 10 o un siglo.
¿Qué hacer?
La solución política. El hombre afirmo a parlamentarios rusos que esta
dispuesto a organizar elección es presidenciales, en las que el podría ser uno
de los candidatos.
¿Quién entonces es dictador y quién es dictadura? El que acepta elecciones
supervisadas por el organismo mundial y quien quiera o los que quieren imponer
su voluntad con “’toneladas de armas”?
Veamos las cosas desde otro ángulo. Una de las peores cosas que ha ocurrido al Proximo Oriente en el curso de los ultimos meses ha sido la vuelta en fuerza de Rusia. a la region, aprovechando con astucxia y maestria la crisis siria y la lucha anti-terrorista. A esta altura ¿Puede Rusia y su
presidente Poutine maniobrar contra El Assad y contra su régimen?
Difícilmente se puede, no solo, creerlo, sino imaginarlo, entre otras cosas
porque, por un lado, constituiría el comienzo del fin de la influencia rusa en
Oriente Medio y en el mundo y porque la decisión rusa es estratégica y con las opciones estratégicas de las
superpotencias se debe ir con mucho cuidado. Turquía y Qatar lo saben
pertinentemente.
La intervención militar rusa en Siria ha sido previa y minuciosamente
examinada y así sus consecuencias. Vladimir Poutine se juega su destino y el de
su país por lo que es cuestión de vida o de muerte. Por consiguiente todo quien
cree que Rusia puede abandonar a Bachar al Assad hoy o dentro de otros 5 años más
que se equivoca alucina.
Ni el régimen sirio ni Estados Unidos y su multitud debieron nunca, bajo ningún
pretexto ni argumento, permitir la reemergencia de la potencia rusa en Siria (y
en Oriente Medio) pero ya que está, solo los medios pacíficos (el dialogo y la concertación
y la solución política en Siria) pueden evitar lo peor.
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