Eso sí que no lo esperaban ni
Estados Unidos ni los que los seguían en coro en sus agresiones contra Cuba y
sus dirigentes, especialmente Fidel Castro: A penas el papa Francisco puso el
pie ayer (sábado hacia las 22 horas GMT) en la isla caribeña, tuvo a bien
rendir un vibrante homenaje a Fidel Castro. A Raúl, su hermano quien le recibía
en tanto que presidente, le pidió, desde los primeras palabras de su discurso
“transmitir mis sentimientos de especial consideración y de respeto a su
hermano Fidel”.
Como lo hizo Juan Pablo III en
1998 y su sucesor en el 2012, el papa argentino debía reunirse, a título
privado, hoy mismo (domingo) con esta histórica figura de la lucha
anti-imperialista, hoy de 89 años.
Se trata de un testimonio de una
excepcional importancia para Cuba y sus dirigentes en un momento de extrema
sensibilidad de la isla caribeña de cara al futuro a raíz de la normalización o
casi de sus relaciones diplomáticas con Estados Unidos y muchos de sus
satélites en Europa y en América.
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