El 31 de julio pasado, en la
localidad de Douma, un nino palestino de 18 meses fue quemado por terroristas
sionistas de origen americano, vivo.
Ningún remordimiento de
conciencia entre los israelíes y sus rabinos.
Una atrocidad de más no podía conmover
la conciencia de quien fue creado sobre escombros de cadáveres palestinos.
En 1994, 25 inocentes desarmados palestinos
fueron masacrados por comandos sionistas cuando rezaban la oración solemne del
viernes durante el sagrado mes de Ramadán en Hebrón. El asesino era otro
americano: Barush Goldstein.
En julio del 2014 otro joven palestino
de 16 años, Mohammed Abou Khdeir fue quemado vivo por colonos terroristas.
En un artículo titulado “Terroristas
americanos nacidos en Estados Unidos”, Sara Yael Hirschhornsept escribe a este respecto en “France-Irak-Actualité”: “Después
de decenios de impunidad respecto a los colonos culpables de crímenes, la
Agencia de seguridad interior israelí, Shin Bet, parece haber decidido
intervenir, deteniendo a 4 jóvenes implicados en actos terroristas, 3 de los
cuales son de origen americano.
El judío terrorista más “buscado”
es Meir Ettinger, 24 años, dotado de un “prestigioso” palmarés en los círculos violentos
y terroristas sionistas en Israel. Es nieto de Meir Kahane, un rabinjo
americano radical emigrado a Israel en 1971, donde fundo el partido Kach,
siendo elegido para la Knesset.
Otro terrorista detenido se llama
Mordechai Meyer, 18 años, de la colonia de Maale Adumin, en los arrabales de Jerusalén.
Es hijo de emigrantes americanos. El tercero es Ephraim Khantsis, emigrante de
origen americano y el cuarto y último es Eviatar Slonim, hijo de judíos australianos.
La lista de los israelíes terroristas
de origen americano es larga. Larguísima y a más de un título ilustrativa de lo
que ha pasado y pasa en Palestina ocupada.
Actualmente, según fuentes
americanas y diversos estudios, los colonos de origen de Estados Unidos
constituyen entre el 12 y el 15% (cerca de 60 000 colonos) de la población
total de los israelo-americana, en su inmensa mayoría en movimientos
ultra-ortodoxos religiosos (terroristas) y que, en vez de inspirarse de algún libro
sagrado, se autoproclaman como defensores de valores americanos y de su
idealismo.
En Estados Unidos o en otras
partes del mundo, los judíos americanos no pueden ni deben sumergirse en un silencio
conspirador y vergonzosos como llevan haciendo hasta ahora. Es un deber de
todos de buscar la paz y la justicia y expulsar de su comunidad a los
terroristas y sus simpatizantes.
Terrorismo y terrorismo. El Washington
Report escribía hace poco: “la horrible muerte de un pequeño palestino de 18
meses ha obligado a Netanyahou a calificarlo de “acto terrorista”, el único a
serlo entre los 2 100 actos de extrema violencia cometidos contra los
indefensos palestinos, sus instituciones religiosas, sus hogares y sus bienes
por terroristas colonos israelíes, desde el 2006 cuando el número de víctimas
mortales palestinas se eleva a 11 000.
Paradójica e irónicamente todos
estos actos fueron investigados de manera literalmente superficial en razón del
“anonimato” de los autores, siendo abandonados todos los cargos.
De tal forma que los que no
comprenden la extraña simetría, cuando no adhesión de Estados Unidos a los
valores terroristas israelíes pueden encontrar aquí algunas de las incontables
razones de esta inhumana “alianza” contra los palestinos y contra los árabes en
general.
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