Hay, a todas luces, una nueva ecuación geopolítica
en el Próximo Oriente. El presidente Bachar al-Assad ira un día u otro. El que
no ira nunca es Rusia porque si ha venido es para quedarse y así se ha
preparado y así lo está llevando a cabo.
Obviamente, para los
observadores imparciales, con el refuerzo de la presencia militar rusa en Siria
y poco después en muchos otros países de la región porque va ganando simpatía y
admiración, Oriente Medio y el mundo están mucho más seguros. Otra cosa seria
por qué ahora y no desde hace casi 5 anos.
Lo explicaremos. Antes
tratemos de establecer las coordenadas de una función que se instala y que
inevitablemente cambiaria las pautas de un conflicto en el que Estados Unidos,
sus aliados” y sus domésticos y agentes regionales con lideraban terreno de
caza reservado.
Comencemos por señalar que
Rusia y Estados Unidos son las dos caras de la misma moneda de la desgracia de
los países y pueblos de la región. Pero, como una moneda necesita
condenadamente dos caras, la actual situación adquiere más naturalidad y más lógica
estratégico-política.
Todo el mundo se ha dado
cuenta… todo hasta Israel por la que todas las desgracias han venido que trata
de “adaptarse” a los nuevos imperativos anunciados y por anunciar en Oriente Medio.
Lo que dijera John Ferry o
cualquier otro canciller occidental no tiene la menor importancia: Rusia se está”defendiendo”
en Siria contra la amenaza chechenia. Casi
3 000 mercenarios chechenios “combatían” con los grupos terroristas en
Siria y en Irak. De ellos queda un poco menos de la mitad después de una serie
de operaciones secretas militares rusas en estos dos países y después de
circunscribir literalmente su salida de su Chechenia natal hasta su llegada a
Siria y su regreso de este país con destino a Rusia o a otro país cosaco.
Una vez descartada esta
amenaza que se enmarcaba como uno de los objetivos de la creación por Estados
Unidos y los suyos de los grupos terroristas en Siria y en Irak, Poutin comenzó
a contemplar la ampliación de su estrategia antiterrorista de Siria hacia una
presencia permanente en Oriente Medio.
Por ello no seria exagerado
afirmar que de seguir tirando del nudo o bien nunca se desataría o bien se rompería,
lo que es infinitamente peor y más peligroso para todos.
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