Cuando el conflicto ha tomado nuevas dimensiones y
nuevos rumbos, con la implicación rusa en el conflicto y sobre todo con el
cambio de actitud de dos principales protagonistas y actores de esta crisis: la
canciller alemana Angela Merkel y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, Francia
se despierta de su letargo y trata de tomar el tren en marcha con la esperanza
de conseguir algunas migajas.
No obstante, el presidente François Hollande,
confuso e incierto desde el comienzo de la crisis siria y su ministerio de
defensa no logran disimular nada. En efecto, la prensa gala de esta mañana se
pregunta si se trata de operaciones militares al servicio de un plan de comunicación
política.
Para la mayoría de la prensa francesa estas
incursiones que han comenzado esta misma mañana (domingo 27-9) contra
territorio sirio “son todo, menos una sorpresa” y, para más señas, coinciden
con la presencia del presidente francés en Nueva York para su discurso ante la
Asamblea General de la ONU.
No. No se ha elegido el dia al azar…
El ministro francés de defensa Jean Yves Le Drian
lo resume “magistralmente”: “Los datos han cambiado y no podemos seguir
permitiendo dejar a Siria, principal foco de ‘Dae’sh’ permanecer siendo un ángulo
muerto de nuestra política en el Levante”.
De hecho, nadie ha comprendido lo que significa esta
extraña puntualización del titular de defensa francés.
Por un lado afirma “no poder seguir…” como si
hubiera podido… y no lo hizo. No hace falta preguntarse por qué.
Luego habla como si Paris puede sola cambiar las coordenadas
de una función acordada por las súper potencias. Sin embargo…
La prensa francesa tiene razón: “estas operaciones
militares están siendo claramente puestas en beneficio del Eliseo para ocupar
el terreno mediático”… y punto.
Ahora parece que “atacamos, cada vez que nuestra
seguridad nacional está en peligro”. ¿Cómo? ¿De qué manera? ¿Desde cuándo? Que todo el mundo sepa, la única
seguridad nacional en peligro es la siria y Francia ha contribuido-contribuye
enormemente.
Ahora bien, ni el tipo de aparatos atacantes, ni su
número, ni las dianas ni nada de nada. Paris no da ningún tipo de detalles
aparte frases hechas destinadas para el consumo local y que no parecen
convencer a nadie.
Finalmente ¿Qué puede hacer Francia en tan delicado
problema?
Poco… muy poco… casi nada… ni Francia ni el Togo.
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