Después de Hungría, Croacia
cierra a cal y canto sus fronteras ante los refugiados. Antes, de otra manera y
más “cortésmente, Francia, Alemania y
Austria hicieron lo mismo.
Parece que los europeos,
especialmente los franceses han calculado, como siempre lo han hecho,
tratándose de Oriente Medio y de sus crucigramas, muy mal. La nueva estrategia
rusa en Siria lo ha desbaratado todo: nuevo acento, incluso nuevo lenguaje de
Estados Unidos, incertidumbre y epilepsia europea y un “¿Y ahora qué?” de los
“aliados” (o domésticos regionales). Algo ha fallado en la nueva maniobra de lo
que se llamaría después refugiadosgate.
Se acaba la recreación. Todo
el mundo debe buscar sus soluciones. Los europeos están dispuestos a no
reclamar incluso lo que han gastado en esta operación de refugiados, que, en
principio debía servir de arma de destrucción masiva contra Siria y su régimen.
(Foto Portadagal)
¡Tampoco! Que es un verdadero
problema. Un quebradero de cabeza. ¿Y qué hacer, ahora que ya están aquí?
Marruecos no acepta su propuesta de asumir su error, los países del Golfo
tampoco. Los europeos se han cansado. Las fronteras se cierran. Se les mira de
reojo. Muchos convergen sus miradas hacia otra parte. A nadie le interesa lo
que piensan los gobiernos de Francia y del Reino Unido. Rozan el millón y otro
millón están en camino. Sirios, pero también iraquíes, jordanos, sudaneses,
libios y hasta bengalíes, pakistaníes y afganos. De todo el mundo. Se ha
abierto un frente que nadie calculó previamente su dimensión ni sus
consecuencias a corto, medio y largo plazo.
Total se quería acabar con la
presencia rusa en el Próximo oriente o reducirla al mínimo. El disparo salió
por la culata: ni acabaron con ella ni la redujeron. Rusia, es hoy por hoy, el
juez y el arbitro y gracias a esta Siria y su presidente que buscan encarnizada
e infructuosamente derribar, la
Turquía de Erdogan está pasando a la historia, la Liga árabe entro en una fase,
clínicamente, agonizante y Estados Unidos y Europa, especialmente Francia están
saliendo desplumados.
Afortunadamente siempre queda
el realismo y el pragmatismo. Siempre queda la clarividencia y la autocrítica…
siempre queda la paz, agua bendita para todas las soluciones y para todos los
errores y pecados.
Comentarios
Publicar un comentario