Así
lo reveló en el curso de su Consejo hoy (martes 22-9), juzgando que el actual
nivel de 2’5% de la tasa directriz sigue apropiada, habida cuenta de la
evolución de la coyuntura nacional e internacional. La inflación deberá
permanecer, de esta forma, conforme al objetivo de estabilidad de los precios,
estableciéndose en 1’8% en el 2015 y en 1’5% en media en los 6 próximos trimestres.
A nivel
nacional, el crecimiento se ha establecido en 4’1% en el primer trimestre contra
2’8% un año antes, resultado de un alza de 12% del valor añadido agrícola. En cambio,
la progresión del PIB no agrícola ha descendido de 3’4% a 3’1%.
Teniendo
en cuenta estas evoluciones e indicadores infra-anuales, disponibles, el crecimiento
deberá establecerse en un 4’6% en el 2015 en vez de 2’4% en el 2014, impulsado principalmente
por las actividades agrícolas, mientras que el ritmo del PIB no agrícola deberá
permanecer limitado a 3’3%.
En el
2016 con la hipótesis de una temporada agrícola normal, el crecimiento deberá regresar
al 2’4% y su componente no agrícola deberá establecerse en el 3’3%.
Buena
salud económica, pero no lo suficiente como para saciar la intuición vampiresa de
quien, antes incluso de comenzar a ejercer su función, dada por el pueblo, comienza,
desde ahora comienza a exigir, por procuración dentro del gobierno, sueldos equivalentes
a los de los ministros y de secretarios de Estado.
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