“El voto de tu vida”. El slogan de la lista
electoral está presente en toda Barcelona. El pasado día 21, centenares de
personas escuchaban a Carme lo q, número
2 de la lista y ex presidenta de la potente plataforma independentista Asamblea
nacional catalana (A1NC) explicar lo que, para ella y su concepción de las
cosas, es el reto de esta cita electoral: “Lo que vamos a hacer el domingo
(hoy) es la cosa más importante de nuestra historia, dijo, porque hace 300 años
que sufrimos”.
Y hoy, domingo 27 de septiembre del 2015, los
catalanes tienen, de nuevo, cita con las urnas para elegir, por tercera vez, en
5 años, a su parlamento regional.
Convocadas de manera anticipada por el presidente
de la Generalitat, Artur Mas, estas elecciones revisten una importancia
particular ya que, por primera vez, las dos principales fuerzas políticas
catalanas, el Partido nacionalista (derecha) Convergencia democrática de Cataluña
(CDC) y los independentistas de la Izquierda republicana (ERC) han decidido
presentar una lista común.
Si esta lista, que los sondeos dan victoriosa,
obtuviera la mayoría absoluta de los escaños,
se ha comprometido a hacer escisión del resto de España dentro de 18 meses.
Para Mas, estos comicios que define como “plebiscitarios”
constituyen in facto una especie de referéndum de autodeterminación que Madrid
no le había permitido organizar en el 2014.
Para los partidos catalanes no independentistas, estas
elecciones representan el último Poker de Mas, una maniobra política que conduciría
a una confrontación con Madrid y que, de paso, le permitiría evitar hacer el
balance de su legislatura y responder a los escándalos de corrupción en su
partido.
La campaña electoral se ha desarrollado en una tensión
muy viva. Si para los independentistas el si equivaldría a “más trabajo y mejor
jubilación” para los no independentistas incluida el joven partido “Ciudadanos”
se trata de optar “por la razón”, enarbolando “riesgos económicos, políticos y
sociales” de la secesión.
De hecho, gran parte de la campana ha girado en
torno al riesgo de salir de la Unión Europa (UE) y de la zona euro de una Cataluña
independiente. “
Unos más que otros, todos los actores políticos catalanes
están de acuerdo en que la independencia de Cataluña roza la utopía y que “estas
elecciones van, sobre todo, a permitirnos tener más fuerza para negociar”. Tampoco
faltan los, como Raúl Romeva, cabeza de lista independentista que cree que” si
ganamos lo único que iremos a negociar con Madrid será la independencia”.
Veremos, dijo el…ciego.
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