Buenos días Marruecos: Según el Instituto español de estudios estratégicos: El extremismo violento se propaga

El extremismo se propaga a un ritmo preocupante, afirma el Instituto español de estudios estratégicos, dependiente del ministerio español de Defensa, citado por “Le360” que precisa que este flagelo invade a los jóvenes de, entre 18 y 35 años.

Los jóvenes de entre 30 y 30 años se han convertido en un a presa fácil por los ideólogos del extremismo.

Según el diario Al Akhbar refiriéndose al informe del IEEE, los jóvenes están expuestos a caer ante la tentación del extremismo, especialmente en las redes sociales que se han convertido en potentes instrumentos para propagar el odio y la violencia e incluso identificando a potenciales postulantes, creando comunidades en línea tendentes a promover el radicalismo.

A este respecto el Instituto español indica que el extremismo no encara una estrategia social precisa “puede abarcar también, tanto a ricos como a pobres, implantándose en las ciudades y en los campos e incluso puede llegar hasta a los no musulmanes, comprendidas las mujeres y a veces familias enteras”, señala el informa español.

 

La aportación del Instituto español de estudios estratégicos es importante, pero no nueva ni espectacular porque, entre muchas otras cosas, muchas voces, entre ellas la nuestra, se ha levantado desde hace años para denunciar la pereza informativa y comunicativa de las autoridades árabes y musulmanas cuando no una mortal pasividad ante lo que todo el mundo considera como arma de destrucción masiva: la comunicación.

De donde, aquí en Marruecos, por ejemplo la comunicación al respecto es torpe, anacrónica y retrograda, de manera que ha permitido un campo fértil para la propaganda extremista, que ella ha sabido diabólicamente aprovechar las redes sociales y sobre todo la inadecuación de la estrategia de comunicación de los medios competentes.

Antes de ser armas y municiones, el terrorismo es información y comunicación, sin ganar esta batalla, difícil pretender emprender acabar con el terrorismo.

En esta batalla los actores principales somos nosotros y no Estados Unidos o Europa.