Como el resto de la nación
musulmana, Marruecos celebra hoy la Fiesta del Sacrificio, comúnmente conocida
como “Fiesta de cordero”.
La particularidad este
año, por lo menos aquí en Marruecos es el, cada vez más importante número de
familias marroquíes, especialmente las parejas sin hijos, que prefieren pasar
estas fiestas haciendo turismo en Agadir, Marrakech, Tánger o incluso Layun.
Todo tiene su explicación:
la carestía del precio del ganado, el poder adquisitivo, una mal comprensión del
acontecimiento y su significado moral y religioso y una total y dramática ausencia
de los poderes públicos: Habús y Asuntos islámicos, Asuntos sociales y hasta
los sermones de la oración solemne del viernes. Del resto se encargan la prensa
occidental, sus canales de televisión y su enigmática ignorancia cuando no
visceral odio y rencor hacia todo lo que es musulmán.
Pese a lo cual, eso sí
y de manera cabal y fehaciente, unos se van, otros vienen. El Aid no ha
perdido, no puede perder absolutamente nada de su apoteosis. Asisomos, así
hemos sido siempre y así vamos a ser a pesar de nuestros detractores y a pesar
del espíritu servil y deformado de muchos.
El Aid es el Aid. Uno
de los aspectos de nuestra forma de ser y manera de actuar. Una intrínseca especificidad
que data milagrosamente de hace miles de años y que también, milagrosamente se
ha podido conservar, reforzar y adaptar.
Comentarios
Publicar un comentario