Ya van más de 3 días
desde la tragedia de la avalancha en Mina (cerca de La Meca) durante el
peregrinaje a los lugares santos del Islam en la que 717 peregrinos perdieron
la vida, entre ellos, según fuentes ni saudíes ni marroquíes, 87 peregrinos
marroquíes.
Al día siguiente de
este balance extraoficial de las víctimas mortales marroquíes de este drama los
familiares de las víctimas y de los peregrinos marroquíes en general siguen
esperando, en vano, una confirmación o desmentido.
Los que esperan
noticias en nuestra prensa, especialmente la audiovisual acaban enterándose de
todo… de todo menos del destino de los suyos y de los demás peregrinos
marroquíes, teniendo que resignarse y buscaren otras partes… en otras
televisiones y en otra prensa.
¿De donde ha venido el
balance de 87 peregrinos marroquíes muertos? Luego ¿Por qué este inexplicable
silencio por no decir grave negligencia de, tanto las autoridades concernidas
como de la prensa del país, especialmente la pública?
La política informativa
del avestruz…como si tuviera algo que reprocharse cuando, a estas alturas,
gracias a la prensa internacional, todos los marroquíes saben lo que ha
sucedido en Mina aquella mañana del miércoles 23-9, como ha sucedido y por qué
no se ha podido evitar.
87 peregrinos marroquíes
habrán encontrado la muerte en medio de un océano d irresponsable indiferencia.
Afortunadamente hay otros cielos, otras fuentes y una beneficiosa mundialización
de la comunicación audiovisual.
Pero a falta de pan,
buenas son las tortas, este tipo de comportamientos desemboca siempre en lo que
todos hubiéramos deseado evitar: sacar los trapos sucios a relucir ante propios
y extraños. Me refiero a la manifestación de los peregrinos marroquíes en La
Meca para denunciar justamente esta indiferencia.
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