Los que conocen a
Rusia saben que nunca apoya a los países débiles, menos aún los moribundos. Los
que creen que la resistencia del régimen sirio 5 años con una guerra contra él
casi planetaria es gracias a Moscú se equivocan escandalosamente.
Rusia es un gran
especialista de sus intereses y…punto. Pero tiene el mérito de abrir bien los
ojos para ver clara y atinadamente que el desenlace final de la guerra en Siria
ni depende de “Dae’sh” ni de los demás grupos terroristas creados, patrocinados
y teledirigidos o bien por Occidente o bien, por sus satélites regionales, sino
justamente de la actitud de éstos, especialmente Turquía, Arabia Saudita, Qatar
y en menor medida Jordania y su padrino estadounidense.
La ecuación es así, a
la que el desarrollo de factores que nadie o muy pocos preveían como la guerra
del Yemen, ha alterado los elementos y las coordenadas.
Expliquémoslo mejor:
Desde el comienzo era
claro que, en su afán de cortar los puentes que, a trancas y barrancas, se
perfilaban entre Riad y Moscú, Estados Unidos de sus mangas el conflicto
yemenita, sabiendo que era un terreno de arenas movedizas del que ni Arabia
Saudita ni nadie puede salir de él sin su ayuda o bien, lo que no había
previsto negociaciones y “ten y dame” . Es decir: esto a cambio de aquél.
“Esto” es dejar de
exigir la ida del presidente sirio Bachar el Assad. Lo que coincidiría con los
cálculos estratégicos de Iran.
“Aquello” es que Iran
dejara de apoyar, o por lo menos con la actual dimensión a los haucies de Ansar
Allah en el Yemen, porque su resistencia en el Yemen podría acarrear problemas
de todo índole a sus vecinos del Golfo, especialmente económicos y sociales.
Contra todo pronóstico
de los estrategas saudíes y de sus aliados, la guerra en el Yemen dura màs de
lo previsto y va a durar màs, es costosa y no se ve ninguna desenlace ni
perspectiva. ¿Hasta cuándo?
De donde la precipitación
del departamento de Estado americano que afirmaba ayer que “la lucha contra
‘Dae’sh’ depende de la ida justamente de Bachar al Assad”.
Hoy por hoy, tanto
Washington como su aliado israelí saben pertinentemente que en Oriente Medio,
probablemente muchos van a tener que irse… muchos, menos Al Assad.
Y como la política es
el arte de lo posible y de lo real, realista y realizable se busca en Moscú y
en Masqat (Sultanato de Oman) la formula para presentar la nueva ecuación en la
que Siria y su actual régimen se van a convertir por magia o por pragmatismo
árabe en socio a parte entera en la verdadera lucha contra el terrorismo.
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