Mañana (martes 25 de agosto)
llegarán a Moscú simultáneamente el rey Abdelah de Jordania y el heredero de
Abu Dubai, Mohamed Ibn Zaid. Pasado (miércoles 26-8) será el presidente egipcio
Abdelfettah Sissi quien llegara a la capital rusa.
El ministerio ruso de
exteriores ha sido el único hasta ahora (ningún miembro de la Liga árabe ha dicho esta boca
es mía) en estigmatizar la actual agitación en Beirut, expresando su “deseo de
que se preserve su estabilidad”.
La dinámica de paz en marcha
desde Rusia.
Al otro lado son los tambores
de la guerra. La moribunda Turquía acaba de anunciar una ofensiva aérea para
desalojar a ‘Dae’sh” del norte de Siria sin olvidar citar a los postulantes de
esta nueva “coalición”: Estados Unidos, Reino Unido, Francia (¡no faltaba más!)
y “probablemente Arabia Saudita y Qatar” (los de siempre).
Paz y guerra… guerra y paz.
Todo se confunde. Las cosas han tomado una dimensión absolutamente
indeterminada e indeterminable.
Putin que esperaba vaciar Chechenia y Daguikistan
de sus terroristas se encuentra ante la cruda realidad de que los que se fueron
a Siria o a Irak han vuelto o están volviendo, además muy bien entrenados y más
correosos y tenaces que antes.
Algo se debe hacer. La paz de
los bravos, como solía decir el difunto presidente palestino, Yasser Arafat.
¿Pero de dónde se debe
comenzar?
Dividiendo o a falta de lo
cual, sembrando dudas entre los potenciales enemigos de Siria, no porque se
quiere a Siria o al prójimo, que Rusia de Putin solo quiere a Rusia, sino para
garantizar una buena imagen de superpotencia aunque…en quiebra y un ineludible protagonismo
a pesar de que lo que hace e gobierno ruso por la mañana lo borra el de Estados
Unidos por la noche.
Pero Putin y su hábil y
experimentado canciller Sergey Lavrov saben más que cualquiera que Oriente Medio
no puede soportar tantas convulsiones: Siria, Irak, Egipto, Libia, Yemen y
ahora el Líbano sin contar Túnez, Argelia… etc.
Se debe comenzar a apagar
algunos focos. Así lo ha expuesto a Estados Unidos y así lo aceptaron éstos
antes de volver a pactar con el diablo.
Moscú y sus intereses. Moscú y
sus estrategias de la paz para buscar y
encontrar un lugar bajo el sol medí oriental.
Poco a poco… Rusia lo esta
consiguiendo, gracias en gran parte a la miopía geopolítica estadounidense y a
los malos consejos y arrogancias de su satélites en la región, entre ellos,
principalmente la Turquía
de Erdogan.
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