Oriente Medio, EEUU y Rusia: Acrobacia geopolítica

La prensa americana comienza a interesare: la cooperación entre Arabia Saudita y Rusia testimonia “nuevas realidades” en oriente Medio, donde la influencia de Moscú va incrementando.
 Poignée de main entre John Kerry et Sergueï Lavrov le 4 décembre 2014
Esta cooperación coincide con los sucesivos fracasos de la diplomacia americana.
Para The Hill la negativa del presidente  Barack Obama y otros dirigentes occidentales de tomar en cuenta las advertencias de RIAD según las cuales un levantamiento de sanciones contra Irán entrañaría la expansión nuclear de este ultimo en el Golfo ha inducido a los saudíes a tomar una serie de medidas unilaterales con el acercamiento a Turquía o a Qatar y reforzar sus relaciones con Rusia.
Independientemente de las intenciones y objetivos de los autores de artículos en este sentido, todos ellos pertenecientes, como Naomi Friedman,  al lobby sionista en Estados Unidos movilizados para oponerse al recuente acuerdo de Viena sobre el expediente nuclear de Irán, Rusia supuestamente “aliada de hace mucho tiempo de Siria e Irán” tiene en su punto de mira la promesa saudita de “invertir hasta 10 000 millones de dólares en Rusia” a cambio de una promesa de Putin de “hacer su posible para ayudar a resolver el problema que opone Irán a Arabia Saudita.
Para ello Moscú ha aceptado no solo proporcionar armas y tecnologías nucleares a RIAD, sino también encargarse de la mediación en un posible mercado entre Arabia saudita e Irán, según el cual los saudíes deberán cesar de apoyar a los terroristas en Siria mientras que Irán cesaría por su parte de “ingerirse” en el conflicto del Yemen.
Según Naomi Friedman citando la cadena de televisión israelí Chanel One, RIAD ha aceptado inmediatamente este “acuerdo” mientras que Irán ha pedido tiempo “de reflexión”.
El problema aquí no es el hecho de las  nuevas realidades en oriente Medio, ni siquiera la pérdida por Estados Unidos de su papel dominante en la zona mientras que Rusia va ganando influencia, sino la visión que muchos países medí orientales como justamente Siria e Irán tienen de Rusia y su papel en la región a través de la historia que solo obedece sus intereses a expensas de los principios que insinúa defender.
Nadie en el próximo oriente, menos aun Irán ignoran que Rusia obra en función de una crisis que ha metamorfoseado su posición respecto a muchos países y respecto a su opción geopolítico-económica.
En esta visión tanto Moscú como Teherán se conocen y cada uno de ellos conoce las intenciones, los objetivos y las finalidades que motivan esta “alianza estratégica” absolutamente coyuntural. Ambos son concientes del carácter absolutamente circunstancial de la actual convulsión en la que Washington retrocede para saltar más.
De hecho las gestiones y las iniciativas de Rusia desde hace meses en Oriente Medio tienen una temática casi exclusivamente económica (para encontrar reparaciones a su actual crisis), dejando lo esencial a Estados Unidos.
Irán no es un bocado fácil. Con ella se puede ganar mucho. Contra ella se puede perder mucho y el camino hacia Teherán pasa por Siria.

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