El observador imparcial no oculta su asombro ante tan
diversa y disparatada contradicción en las concepciones en torno a lo que
sucede y sobre todo ante lo que debe suceder en algunos países del Próximo
Oriente.
Pero él como todo observador neutro y comprometido sabe
que los desenlaces de las guerras siempre acarrean cambios e inflexiones. Queda
por saber ¿En qué sentido y por quién?
Evidentemente no pocos satélites de unos y otros en la región
actúan por procuración, pero al final se quedaran con nada o con migajas.
Rusos y americanos han venido para quedarse. Y éstos y
aquellos se percataron del ineluctable advenimiento
de la paz y de la ineludible emergencia de una nueva forma de zanjar los
diferendos o cuando menos fingirlo. Quedan los detalles.
Estados Unidos siempre ha pensado en voz alta. Sería
ingenuo creer que es amiga de algún pais árabe o musulmán. Tanto los árabes como
los musulmanes saben pertinentemente de quién es, además de sus intereses estratégicos,
amiga.
¿Y Rusia? Es, para muchos (algunos) el enigma. La excepción
que confirma la regla en una abstracta ecuación en que la eclosión de una serie
de factores geopolíticos y estratégicos aconsejan evitar los “estériles”
enfrentamientos de bloques, sin olvidar la mano tendida y bien tendida hacia el
blanco y la diana: algunos países claves de la región como Siria o Iran, sin
los cuales no podría haber solución alguna en Oriente Medio ni, por consiguiente
una garantía de los recursos energéticos y estratégicos en la zona.
Moscú se ha dado cuenta de la imperiosa necesidad un
nuevo discurso político y geopolítico en la región, optando por una política de
reconciliación y de soluciones políticas negociadas con el fin de recuperar un protagonismo,
perdido o desperdiciado por quien lo tenía casi total y que, debido a su autosugestión
geopolítica ha permitido la emergencia de una potencia que acondicionaría toda solución
en la zona: Irán.
Total: EEUU no tiene amigos ni enemigos, sino solo
intereses. Rusia también o lo acaba de descubrir. A raíz de lo cual, a su
valiosa contribución al esfuerzo de guerra, Rusia incorpora ahora iniciativas
de paz y de reconciliación.
O sea: Contrariamente a Estados Unidos que optaron por un
aliado en contra de otro o de otros, la Rusia de Putin ha preferido bailar con
los lobos… todos los lobos, sin dejar de apoyar firmemente a su aliado inicial.
Se trata de un fondo de garantía. Una póliza de seguro de cara al futuro y
hasta del presente.
Intereses… intereses. El amor al prójimo es
exclusivamente religioso y Rusia es atea o gran parte de sus máximos dirigentes.
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