Conacentomarroqui/Panorapost
Los políticos lo prometen todo y un poco más… Si
se llegara a creerlos, Marruecos superaría en menos tiempo de lo que se podría
pensar a Suiza. No obstante, inmediatamente después del lanzamiento de la
campaña electoral (el sábado 22-8) para el escrutinio del 4 de septiembre
vuelven atávicamente a sus costumbres y
a su cultura de eludir y burlar las leyes y el derecho, contorneando la Alta Autoridad del Audiovisual
y la reglamentación precisa y concisa de los tiempos de palabra, usando
símbolos nacionales o, haciendo explotando incluso en sus respectivas campañas
electorales a menores.
El tiempo de palabra (o de antena) en la radio y
televisión fue exhaustivamente reglamentado en los medios de comunicación
audiovisuales. Pero esto no parece tener la menor importancia puesto que los
candidatos y sus partidos han descubierto, algunos desde hace tiempo y otros
recientemente, que podían usar y abusar de las redes sociales para llegar a la
gente. Existe 17 millones de internautas en Marruecos y unos 7 millones de
paginas Facebook. En frente, las televisiones en Marruecos no atraen más que a
unos centenares de miles de personas por día e incluso aquí debe que los
programas sean de buena calidad y del gusto del telespectador, lo que, según
propios y extraños, no es el caso ni mucho menos. O sea: que la campaña
electoral de cara a las comunales y regionales del 4 de septiembre en Marruecos
se juegan en los ordenadores y en los esmarfonos.
Total: si la montaña no viene a mi, iré yo a la
montaña. Los candidatos pasan y sus respectivos equipos electorales en los
diversos partidos políticos marroquíes pasan más tiempo ante sus ordenadores
que en las calles como siempre fue el caso.
Se ven exponiendo sus programas electorales en un
tono de quien se dirige a una audiencia multitudinaria: explican y se explican,
replican y retocan… en las redes sociales, con la mirada fija en una cámara. De
tal manera que muchos jefes de pequeños partidos que nadie conocía ni había
escuchado hablar se han convertido en estrellas estelares en esta campaña
electoral a expensas de muchos que tienen qué decir y no encuentran como
decirlo.
En este orden de ideas, los símbolos nacionales
irrumpen de manera imponente en las redes sociales. Las mezquitas, el mapa del país
las banderas, el rey cuyo retrato (oficial) es de manera accesoria, colocado detrás
del candidato como si se expresara en su nombre o con su apoyo y protección. Muchos
incluso en un alarde de desafío a todos y a todo insinúan de diferente manera y
con certero objetivo afinidades con quien o quienes deben permanecer neutros y
al margen de toda consideración electoral o electoralista.
Recientemente el candidato de la RNI el muy controvertido
Moncef Belkhayat ha aparecido en un video con una fotografía en la que salía
junto al rey Mohamed VI. Se ha necesitado todo un arsenal de argumentos jurídicos
y de otro de sus adversarios para quitar esta fotografía. Muchos otros
candidatos se han referido al rey, a la política del rey, a las instituciones
del país y a muchos otros argumentos proscritos por la ley en las campañas
electorales para hacer circular su mensaje partidista.
Finalmente el trabajo de los menores. En las
redes sociales, muchos internautas han atraído la atención del publico sobre
estas imágenes de niños con propaganda de este o aquél partido político, distribuyendo
las octavillas desde las primeras horas de la mañana hasta altas horas de la
noche, casi enlazando la noche con la mañana.
¿Son voluntarios? Entonces esto se llama, según la
legislación en, vigor en la materia “explotación” y es ilegal porque esto
expone la vida y la salud de estos pequeños a un peligro mortal.
Todo esto es, a todas luces, inédito en los
anales electorales en Marruecos. Y es más que posible que los resultados van a
ser también inéditos y solo un ingenuo se atrevería a pronosticar una tasa de participación.
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