Este mediodía dábamos cuenta aquí
en « conacentomarroqui » de la « versión » del escritor
chantajista Eric Laurent de su tentativa de extorsión de fondos al rey Mohamed
VI en una, cuando menos, surrealista, entrevista a “Le Monde”.
Dijo muchas e incongruentes cosas.
Decíamos que bajo el efecto
del flagrante delito el predador francés confundía entre la velocidad y el
tocino… de tal modo que, entre las justificaciones (argumentos) esbozaba la muy
grave enfermedad de su esposa “con un cáncer generalizado” que exige, según Eric
Laurent “considerables medios”. Y estos medios, eso lo decimos nosotros, se fue
a buscarlos a Marruecos.
De ser verdad, la “excusa”
seria “contemplable” siempre y cuando el periodista predador reconociera su
crimen y pidiese perdón lo que no parece el caso hasta ahora aunque no se debe
descartar que ocurriera más tarde.
De hecho, formulemos nuestros
votos que un día salgan a relucir las circunstancias de pre-edición de “le Roi
predateur” y si ha habido chantaje y extorsión de fondos previos a su publicación.
Sin embargo, en esta rubrica
hoy no nos interesa las personas de Eric Laurent ni su co-extorsionista
Catherine Graciet, sino su obra y a través de ella muchas otras obras de muchos
otros extorsionistas en Francia y también y sobre todo en España que siguen viviendo de esto a diferentes
niveles y de distintas maneras.
Tan así que no seria mala idea
de que los que, en este país, “invitan” a periodistas o a escritores predadores
en Francia o en España que al salir de Marruecos salen cargados de “obsequios”
y del tradicional “sobre”, publicaran la lista de los que han beneficiado de
este tipo de generosidad y de los privilegios que se han llevado/llevan aun
algunos.
Seria una manera como
cualquier otra de generalizar la manera de actuar real respecto a los dos
chantajistas franceses y, como antes dicho, a través de ellos a todos los
chantajistas.
¿Qué es lo que ha ganado o
hubiera perdido Marruecos con estos impostores que se autoproclaman “especialistas”
de Marruecos?
Personalmente conozco ( y
respeto) a muchos grandes periodistas españoles y verdaderos especialistas de
Marruecos que lo critican cuando se debe y lo elogian cuando lo merece pero sin
las miradas fijas en su Dirham ni en días de reposo en sus hoteles de 5
estrellas. Los Domingo del Pino, Antonio
Orgambides, Javier Valenzuela, Alberto Macedosa, Sebastian Basco, Pedro Canales etc. han pasado años en Rabat
sin ninguna “relación peligrosa” ni estancias obsequiadas en hoteles como Al Majliss
o Hassan ni privilegios “bajo mesa” (como se dice en Marruecos). Hombres y
profesionales que han honorado la profesión, la deontología de esta profesión y
los principios éticos del periodismo.
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