Mañana y pasado (lunes/martes
31/1 de agosto/septiembre) los ministros españoles de Interior, Jorge Fernández
Díaz, y de Defensa, Pedro Morenés, vendrán a Marruecos para hablar con sus
homólogos marroquíes de la amenaza del terrorismo y la inmigración irregular.
Morenés aprovechará este viaje para hablar con
su homólogo marroquí del foro mediterráneo 5+5 y de las misiones exteriores
españolas desplegadas en la zona del Sahel, así como de la cooperación de las
Fuerzas Armadas de ambos países.
Defensa y seguridad.
Ambos capítulos absorben, desde hace años, más del 80% de los contactos entre
los gobiernos de los dos países vecinos.
Lo que me hace
recordar una frase del genial Miguel de Unamuno: “Todos los ministerios de España
deben ocuparse de Marruecos… todos, menos los de defensa y de la marina
(Interior en este caso”.
Pues, a juzgar por las
estadísticas de los encuentros y contactos entre los ministros (y altos
responsables) de los dos países son, justamente, los ministerios españoles de Defensa
y de Interior (en vez de la marina) que se ocupan realmente de Marruecos.
Los tiempos, eso sí,
cambian. Los imperativos políticos y geopolíticos también. La cooperación en
materia secretaria y en la de defensa se impone como palanca para el desarrollo
debido a su impacto sobre la estabilidad, la seguridad y por consiguiente el
bienestar común.
La historia es así. La
vecindad geográfica impone regla y modo de conductas. Aunando los esfuerzos
para instaurar la seguridad y la paz conduce a asentar una cooperación serena,
tranquila y armoniosa.
Por ello, Don Miguel de Unamuno tenía razón.
Mariano Rajoy también tiene razón en función de los imperativos del momento y
de la coyuntura.
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