Buenos días Marruecos: Chantaje al rey Mohamed VI y arresto de Eric Laurent y Catherine Graciet: Depredadores y “especialistas” de Marruecos

La información es, desde ayer cuando se produjo, noticia del día en Francia y, naturalmente, en Marruecos. Nosotros en “conacentomarroqui” la damos en su debido tiempo: ayer. Recolémoslo muy brevemente:

 

Los autores del de « Le Roi prédateur » (rey predador) Eric Laurent y Catherine Graciet están hoy detrás de las rejas después de haber sido detenidos en flagrante delito de chantaje y extorsión al rey Mohamed VI. Se trataba del cobro de 3 millones de euros a cambio de la no publicación de otro libro con informaciones “comprometedoras” sobre el soberano.

No teniendo nada que ocultar ni otros que revelar, palacio real en Marruecos ha obrado como debía. Total los dos periodistas chantajistas franceses están donde deben estar y la opinión publica francesa y, en principio, en otros países como España donde el diario El País se había precipitado a publicar párrafos del, ahora dudoso libro.

Más allá de la valentía moral, política e intelectual del palacio marroquí (seguramente del propio monarca) se trata de un ejemplo que algunos responsables en Marruecos no deben olvidar nunca: Que hay muchos periodistas y escritores en España y en Francia “especialistas” de Marruecos, muchos de los cuales, sobre todo en España, donde los hay que se han olvidado de su nacionalidad y de donde está acreditado como periodistas, se consagran exclusivamente a Marruecos y a sus "problemas", escriben únicamente con destino a los servicios de seguridad marroquíes.

Mala noticia pues para los demás predadores, especialmente en España.

El gesto de palacio para con los dos periodistas franceses predadores debe servir, desde ahora en adelante, para poner fin a los privilegios que buscan muchos en Francia y en España con sus plumas y sus pretendidas “informaciones” sobre este o aquél en Marruecos.

Con sus extrañas crónicas sobre Marruecos, muchos otros periodistas predadores siguen “chupando” o buscando “chupar” impunemente puesto que en este país ni tenemos, como acabamos de decir, qué ocultar ni tememos lo que otros nos amenazan por revelar.