De este modo, perdiéndose en una descripción alambicada de la amplia coalición internacional, puesta en pie por Washington supuestamente contra el llamado “Estado islámico” (aunque a favor de otros grupos terroristas), el presidente estadounidense decide explicar los pormenores de la “histórica” firma del acuerdo nuclear con Irán: Pese al deshielo de las relaciones entre los dos “mejores enemigos” del planeta, Barack Obama recuerda los fundamentos de la posición de su país sobre Irán: “ Con todo mi respeto a Irán, se trata de un adversario”, dijo en lo que parecía un secreto de Polichinela.
El Guía de la revolución iraní y casi todos los máximos dirigentes de la republica islámica lo dijeron antes que Obama y advirtieron que nada cambiaria en sus relaciones con el “gran Satanás (EEUU).
Adversario, entre otras cosas, y quizás antes y después que nada, porque es anti-israeli. “A pesar de lo cual, según el presentador del Daily Show, Jon Stewart, esto parece el perfecto socio para la paz” a lo que responde Obama: “Probablemente, porque, como lo he dicho y repetido, no se hace la paz con sus amigos”.
Ni allí ni en ningún lugar el presidente o alguien de su en torno se arriesgaría a explicar las verdaderas motivaciones del acuerdo de Viena.
Pero de ello se encargó, en parte (solo en parte) el secretario para la defensa en Israel y en Arabia Saudita.
“De no haber alcanzado este acuerdo, Israel, sus fanfarronadas y su propia existencia estaban en juego”, esta es la explicación que se extiende a la siguiente evidencia “porque la seguridad, la supuesta supremacía y esta misma existencia no dependen de Israel, sino de Estados Unidos y otros padrinos de la entidad sionista”.
Comentarios
Publicar un comentario