Desde hace más de 5 años el mundo (sobre todo árabe) abandonó a Siria a su triste destino. Muchos países crearon y se comprometieron en una no declarada “alianza anti-siria” que desembocó en una “internacional terrorista” que comienza a amenazar a todo el mundo: a los países victimas y a los países victimarios.
No obstante, parece
que, pocos días después del histórico acuerdo entre Irán y el 5+1 las piezas
del tablero geopolítico medí oriental han cambiado radicalmente sus
movimientos: Todo apunta hacia la posibilidad de que “muchos” se han visto o se
van a ver obligados a cesar de desviar sus miradas de este “conflicto’” sirio
del que son arquitectos y ejecutores… por procuración.
El infierno sirio dura
desde pues hace 5 años con más de 200 000 muertos, millones de desplazados
y refugiados, ciudades enteras destruidas y sobre todo un papel primordial en
la subida y expansión de la amenaza terrorista.
Como se pregunta hoy
mismo L’OBS “¿Puede cambiarse el panorama en Siria? ¿Puede conducir hacia un re
alineamiento en un contexto donde no hay más que las malas soluciones?”
No cabe duda: se debe
ser muy optimista para contemplar un feliz desenlace pero tampoco está prohibido
plantear la cuestión.
No. No está prohibido
o por lo menos no debe estar prohibido abordar la cuestión. Para ello bastaría
no estar alineado a las hipótesis de ninguno de los tantos beligerantes ni
militar por esta o aquél régimen.
Comencemos por aclarar
que el hecho de reconocer la “injusticia” para con Siria, su pueblo y cualquiera
que sea su régimen y de considerar la acuciante posibilidad de rectificar este
error, es un logro de indeterminada dimensión…
sobre todo en Francia, sus actores políticos e incluso su prensa que tanto han
contribuido al caos sirio.
Luego, no nos
equivoquemos: el avance de su llamado “Estado islámico” se hace en un territorio
desértico aunque, eso si, que le sirve enormemente como prolongación o extensión
territorial y de allí de acceso hacia el territorio iraquí.
Efectivamente en este
conflicto literal y exhaustivamente artificial en el marco de una estrategia
global para desmembrar a los países mas recalcitrantes o menos dóciles y
obedientes del Próximo oriente, los centenares de “señores de guerra” y “alianzas
fluctuantes” por los que Estados Unidos, Francia e Israel, especialmente
apostaban se han hundido ante la implacable emergencia de Da’esh y otros grupos
como Al Qaida poco seguros para Occidente y lo están desmotando, empezando por
Kuwait, Arabia Saudita y hace pocos días Turquía.
Independientemente de
lo que debería ser la solución política de la crisis siria que ni es
incumbencia de Estados Unidos ni de ninguno de sus satélites regionales, en
Francia como en Al Jazeera, Al Arabia y en muchas otras parte no se dice ni un
gramo de verdad sobre lo que pasó, pasa y puede pasar en Siria.
¿Qué solución para qué
Siria?
“Assad y sus próximos
colaboradores que tienen sangre en sus manos no pueden formar parte de la solución
en Siria”. Fragmento de un comunicado de la “embajada” americana en Siria
cerrada desde hace años.
Primero: ¿Y el pueblo
sirio? ¿Quién ha comisionado o delegado a Estados Unidos el derecho de hablar
en nombre del pueblo sirio? ¿Y quién es Washington para decidir del destino y
la opción de otros pueblos y otros países, soberanos, independientes y miembros
a parte entera de Naciones Unidas?
Resumamos las
preguntas en una: ¿Quién tiene más manchadas las manos de la sangre que Estados
Unidos, no solo Siria, sino también iraquí, palestina, Libia o yemenita?
En fin… digamos que
desde la conclusión del acuerdo sobre el expediente nuclear iraní en Viena,
quedo claro que el medio mas condenadamente rápido, directo, fácil, eficaz,
real y realista es la negociación: la palabra, que se hable, que se explique
que se propone que se exprese buena voluntad. En resumen: el unico medio para
zanjar, desde ahora en adelante todas las divergencias y todos los conflictos
no solo en Oriente Medio, sino en el mundo.
Irán y el 5+1 han
estrenado nueva era y han proporcionado el ejemplo.
Esto se llama nuevo
contexto y en este nuevo contexto ha comenzado una serie de contactos subterráneos
entre la “gente del Assad” y sus más encarnizados enemigos como Estados Unidos
o algunos Estados del Golfo.
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