“¡Oh, humanos! Os hemos creado a partir de un hombre
[Adán] y una mujer [Eva], y [de su descendencia] os congregamos en pueblos y
tribus para que os conozcáis unos a otros. En verdad, el más honrado de
vosotros ante Allah es el más piadoso. Ciertamente Allah es Omnisciente y está
bien informado de lo que hacéis” (Al Hayarat, Los Aposentos, versículo 13).
La reorganización de la comunidad islámica fue
una de las etapas claves de la historia de civilización musulmana.
De este modo, a fin de proteger mejor a los
emigrados, el Profeta (SAS) les unió con una especie de contrato de fraternidad
a un numero igual de los habitantes de La Medina. Así los nuevos
hermanados por el Islam se ayudaban mutuamente en todos los dominios.
El Mensajero de Allah (SAS) decidió luego que el
total desarrollo del hombre musulmán se realizaría mejor si se coordinara la
religión y la política, en tanto que dos elementos de la misma opción.
De esta forma, llamó a los representantes de los
musulmanes y a los de los no musulmanes de la región: musulmanes, judíos,
cristianos y otros y les sugirió la creación de una ciudad-Estado en La Medina.
Al ponerse de acuerdo con todas las comunidades,
el Profeta (SAS) les dotó de una constitución, la primera de su género en el
mundo, en la que se definen los deberes y los derechos de los ciudadanos y del
jefe del estado, eligiendo a Mohammad (SAS) por unanimidad como tal.
Entonces se procedió a la abolición de la
justicia privada que imperaba entre las diferentes comunidades árabes,
confiando al Profeta (SAS) la ultima palabra en todo litigio que podía surgir.
Sin precedentes en la historia de la
civilización, se ha reconocido la libertad religiosa, sobre todo para los
judíos y el acta constitucional les acordó la igualdad con los musulmanes en lo
que concierne a la vida terrenal.
No obstante, en el punto de mira de las
preocupaciones que causaba la defensa de los intereses materiales de la
comunidad, el aspecto espiritual debía
desempeñar un papel primordial. De tal modo que, menos de un año después de la
emigración a la Medina,
fue impuesta la disciplina espiritual más rigurosa. El ayuno anual durante todo
el mes sagrado de Ramadán se convirtió en obligatorio para todos los musulmanes
adultos, hombres y mujeres.
Asimismo, en este mismo marco se precisaron,
entre todos, los principios de la defensa y de lo que se llama hoy política
exterior, estableciendo un sistema de seguridad social para las
responsabilidades demasiado difíciles, confiando también al Profeta (SAS) la
responsabilidad de decisión.
Esta reorganización de la comunidad, junto a la
sencillez de la doctrina del Islam que proclama la fe en un solo Dios, digno de
adoración e insta al musulmán repetidamente a utilizar sus dones de
inteligencia y de observación, han contribuido enormemente a la expansión
rápida y pacifica del Islam?
La síntesis y la simbiosis entre todas las
comunidades árabes, trajo importantes avances al estado musulmán en particular
y al mundo en general.
En toda la historia de civilización nunca se ha
conocido tan sublime cultura de tolerancia, tan elevado sentido de coexistencia
y cohabitación pacificas y tan noble derecho Allah, Exaltado sea Dice en el
Corán:
“Allah no os prohíbe ser benevolentes y equitativos
con quienes no os han combatido por causa de la religión ni os han expulsado de
vuestros hogares, pues ciertamente Allah ama a los justos” (Al Mumtahina, La Examinada, versículo 8).
Y justo ha sido el
Profeta Mohammad (SAS) con los musulmanes y con los no musulmanes.
Mañana
episodio XIV: “Mohammad: Un mensaje universal”.
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