Estados Unidos han confirmado haber matado al
jefe de Al Qaida en la península arábiga, Nasser Al-Wahishi que se suma a la muerte,
también, según fuentes americanas, a otra incursión en Libia, del jefe terrorista
argelino Mokhtar Belmokhtar aunque hasta ahora no ha sido confirmada.
Se trata, a la postre, de lo que podríamos llamar
“éxitos de valor estratégico o simbólico” porque, como lo recuerda gran parte de la prensa americana, especialmente
The Wall Street Journal “Estados Unidos no acabaran con el terrorismo matando
uno por uno a los terroristas”.
No obstante, el problema queda entero. La selección
de los objetivos terroristas por el mando americano, tanto en el Yemen como en
Libia o en Siria e Irak, sigue siendo minuciosamente efectuada para no alterar
las coordenadas de la ecuación militar establecida aquí y más allá.
“El impacto de estos asesinatos de jefes
terroristas como Nasser Al-Wahishi sigue confuso e impreciso”, escribe hoy
mismo The New York Times que estima en
un comentario al respecto que la victoria contra las organizaciones terroristas
“parece, hoy por hoy fuera del alcance”.
En efecto, para realizarlo hace falta quererlo y
Washington no lo desea. La selección de los blancos terroristas como hemos
dicho se hace de manera exhaustiva para, como lo subrayan muchos responsables y
expertos americanos, “favorecer a algunas organizaciones como el llamado ‘Estado
islámico’ a expensas de Al Qaida o parte de ella”. ¡La madre del cordero!
De Dae’sh nada… a excepción del ejercito sirio,
Hizbolah en el Kalmun (frontera entre Siria y el Líbano) y las brigadas
populares en Irak nunca la aviación americana anuncio la muerte de algún jefe
terrorista de la organización de Al Bagdadi. Al contrario, todos los indicios señalan
importantes servicios logísticos para salvar algunos focos terroristas
expuestos a la extinción en Irak y en Siria y en el Líbano, en ausencia de
tropas estadounidenses y lejos de Turquía las fuerzas conjuntas sirias y de la
resistencia islámica están limpiando sin grandes dificultades la zona infectada.
Se trata de hacer el sucio trabajo que Dae’sh no
puede hacer y que no le pueda perjudicar ni directa ni indirectamente, pudiendo
incluso favorecer a las hordas de Abi Bakr al-Bagdadi, siendo el objetivo
aglutinar a las diversas bandas terroristas bajo un solo mando (Dae’sh o EEUU)
para poder controlarlo y, sobre todo, dirigirlo.
Si, es verdad: cuando se abre los ojos es muy difícil
volver a cerrarlos.
Tanto Nasser Al-Wahishi en el Yemen como Mokhtar
Belmokhtar en el Níger pertenecían (en caso de confirmación de la muerte del último)
a sectores del la “Internacional al terrorista” indómitos e indomables. Tanto
Estados Unidos como Francia ha hecho mucho para entrar en contacto con él y su
banda…en vano.
En síntesis mientras sigue prevaleciendo esta teoría
de selectividad de categorías del terrorismo, no solo va a ser difícil combatir
el terrorismo, sino imposible de frenar su avance aunque la esperanza, como se
dice es lo ultimo que se pierde: La batalla del Kalmun (en el Líbano) presagia
un punto de inflexión en la lucha anti-terrorista sin que Estados Unidos y sus
satélites regionales pudieran intervenir, para multiplicar su apoyo
armamentístico y económico a sus protegidos de Dae’sh, Nusra
u oposiciones “moderadas”.
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