¡Que no nos dejan! O sea: ¡que
no les dejan ni los van a dejar! Wikileaks ha vuelto a publicar miles de
telegramas, esta vez sobre Arabia Saudita que The New York Times califica de “explosivos”
y que, según el rotativo americano en una alarde de amenaza por procuración, “habrá
más”. Es decir: ¡Lo que te ronda morena…!![](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_vc9oIp_b0EcnKeq4es8rS7SiaG-nQuFX4y9fvR_3v-Uy69nULz5gwV5xUfrA_pUHW5L1wyw9dQan8qhsXQQuKAAu5KcbF_cLJiKs_T6rNuJLaidS-UYEvunOwySw=s0-d)
¿Por qué Arabia Saudita,
presuntamente un “aliado” y un “socio” en todo y contra todos y no otros país árabe?
Todo tiene una explicación: Como anunciamos ayer, el rey Salman Ibn Abdelaziz ha anunciado su intención de evitar a su país “todo conflicto de orden doctrinal o simplemente toda controversia dogmática”. Un mensaje que ha llegado 5/5 a Teherán, a Tel Aviv y a Washington, como ha llegado el mensaje de Wikilealiks a Riad también 5/5. Y es que Wikileaks es una de las facetas bélicas de Estados Unidos y de Israel contra el mundo arabo-musulmán y lo que queda de la desbandada de su “Primavera árabe”.
Las autoridades saudíes no lo
ignoran y probablemente a la luz de las “revelaciones” de Wikileasks y de su
procedencia, procederán a una remodelación de su metodología y su estilo en
materia de política exterior.
Lo que, dadas las
circunstancias, debería incitarnos a preguntar ¿hasta qué punto están protegidos
la correspondencia diplomática y el ‘Top-Secret árabe’?
¡Para nada! Y sueñan (con
pesadillas, además) los que creen ser “aliados” o “socios” de Estados Unidos
cuyo único aliado es Israel y el resto domésticos o cuando más, satélites.
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