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Con caricaturas como esta, publicada este mediodía en “Corrier Internacional” uno siente una fuerte tentación de relacionar todo acto terrorista, en cualquier país del mundo, con Occidente y su manía de combatir, no el terrorismo, como pretende, sino el Islam.
A estas alturas, todo el mundo
o casi, sabe, a ciencia exacta, quién está detrás de Dae’sh y otros daheshes en
Siria, Irak, Yemen, Libia y Egipto y ahora en Túnez y ¡vaya usted a saber qué más!
De dónde les vienen los miles de millones de dólares, en un momento en que más
del 78% de la población árabe vive por debajo del limite de la pobreza y la
precariedad, quién le proporciona un
No importa si sus victimas en
un 99’99% sean verdaderos musulmanes, sus dianas, las mezquitas y su finalidad
sembrar la discordia y el odio entre los propios musulmanes. Todo es buen
motivo y excelente ocasión para atacar de la manera más primaria y más gratuita
al Islam y a los musulmanes.
Con caricaturas como esta y artículos
en este sentido da la impresión de que detrás de estos criminales atentados están
los autores de estas caricaturas y estos artículos y que en el peor de los
casos los esperan y desean para saciar su visceral, neurótico y sádico y ahora
menos discreto que antes odio hacia el Islam.
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