Habían dicho y repetido hasta la saciedad que iba a ser el mejor complejo turístico de Marrakech. Un golf de 18 agujeros al pie del Atlas. 500 villas de gran lujo, con piscinas y lujosos jardines. Un gigantesco hotel de cinco estrellas: El Samanah Country Club ha anunciado el año pasado su quiebra que toma la dimensión de, como lo califica L'OBS, un enredo político financiero.
Ahora bien, según L’OBS las
obras del complejo nunca habían terminado y sus ex propietarios, los franceses Alain
Crenn y Richard Hennessy son objeto en Francia de una denuncia por “estafa”, “uso
de documentos falsos” “presentación de cuentas no fieles”, “abuso de bienes
sociales” y “confirmación de informaciones mentirosas” presentada por los nuevos
propietarios Gaël Paclot y Daniel Boisson.
El ministerio fiscal francés
confirmo a L’OBS que una investigación había sido confiada en agosto del 2013
al polo financiero. La instrucción, ralentizada durante el enfriamiento de las
relaciones judiciales franco-marroquíes, se ha reanudado durante los últimos
meses.
Por su parte el tribunal de comercio
de Marrakech estimo el 10 de febrero pasado que el Samanah Country Club estaba
en estado real de quiebra desde el primero de diciembre del 2008. Es decir
cerca de 6 años antes de colocar las llaves bajo la puerta.
La investigación en curso actualmente
en Francia debe responder si las dificultades financieras del Samanah Country
Club pudieron ser disimuladas durante tantos años. La juez de instrucción del
polo financiero de Paris busca actualmente saber si la auditoria no ha “maquillado”
las cuentas presentadas en el 2011
a los compradores, hoy denunciantes. Para ello la magistrado
posee un centenar de correos emails emitidos por KPMG Francia que habrá
ejercido una presión sobre los comisarios
de cuenta marroquíes.
En Marruecos, que es lo que
nos interesa en todo esto, este asunto debe exasperar a muchas autoridades,
entre otras razones, porque la construcción del Samanah Country Club había sido
presentada a los marroquíes y al mundo como un amplio plan de desarrollo de
turismo en Marruecos.
En el 2005, el gobierno marroquí
había aceptado ceder inmensos terrenos de 300 hectáreas a los promotores del
golf de Samanah como impulso a su “proyecto” que parece ahora más a un a
impostura que a una realidad, porque 10 años después, este proyecto estelar
sigue formando parte de la imaginación.
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